En un rato… a Myanmar (Birmania), deseando oir su Mingalaba.

En un rato salgo de Bangkok en dirección a Rangún, Myanmar… la antigua y evocadora Birmania. Ya estuve en 2008 durante la vuelta al mundo y vuelvo ahora a un país que me encantó, un país que disfruté como pocos, por sus paisajes, sus tradiciones, pero sobre todo por sus gentes.

No tenía pensado volver tan «pronto«, pero esta vez voy por un precioso proyecto (del que aún no se puede contar nada), que voy a realizar junto a Jordi Llorens con el apoyo en la distancia de María Cañellas, Jesus Paz Muñoz y Malevolo.

Estaré en Myanmar hasta el 11 de Diciembre que tengo el vuelo de vuelta a Bangkok, allí la Junta Militar tiene bastante limitado el tema internet y no tengo claro si podré dar demasiadas señales de vida, lo intentaré, no os quepa duda, que las censuras y las barreras están para saltárselas. Además llegamos en buen momento, parece que el país intenta empezar a abrirse de nuevo al mundo. La junta recula y se espera una oleada de cambios que tal vez lleven algo de libertad a las buenas gentes birmanas.

Mientras, para que no os aburráis, he dejado unos cuantos posts programados que irán saliendo durante la semana… con la esperanza de que allí encuentre conexiones y podáis seguir leyendo la aventura, eso será que yo puedo escribir.

Y como el otro día los que nos aburríamos eramos nosotros, 6 días en Bangkok sin mucho que hacer son 6 días largos, decidimos jugar un poco y entretenernos preparando este vídeo para enseñaros una de las muchas curiosidades de Bangkok, el Wat Traimit.
El que habla es Jordi, detrás de la cámara vuestro servidor, siempre operando en la sombra. ¡Espero que os guste!

Paseo en Faluka… navegando El Nilo – Egipto

Paseo en Faluka

¿Quien no ha soñado alguna vez con navegar uno de los ríos más representativos y literarios del mundo árabe?. Yo por supuesto he sido uno de ellos, era una de las cosas que más me atraía cuando me decidí a visitar El Cairo.
Y tuve la posibilidad de hacerlo, como tiene que ser, en Faluka, unos barcos de vela de 3 mástiles con velas triangulares, las naves tradicionales que surcan las aguas de El Nilo en su recorrido por Egipto.

Para ello nos aprovisionamos bien (cerveza, bakgamon, guitarras) y nos dirigimos a DokDok, frente al Hotel Four Season, en La Corniche, que es como el malecón de El Cairo.
Aparcamos el coche en Garden City, el área que los ingleses usaron de residencia durante los años de la colonización, un barrio de casas victorianas con grandes jardines. Sus calles forman una enrevesada red que impedía huir facilmente a quien se plantease el asalto o robo de estas mansiones coloniales.
Uno de los puntos más divertidos de la noche fue cruzar la avenida que separa el Hotel Four Season de La Corniche, aunque cada vez que cruzas una calle en Egipto parece que te estés jugando la vida el cruce de esta avenida fue de los más atrevidos que realicé.
Yo creo que deben caer como moscas cruzando las calles en esta ciudad, a veces parece de locos el riesgo que se llega a correr.

Paseo en Faluka

Estuvimos cerca de hora y media disfrutando de la tranquilidad del lugar, cantando y tomando, charlando sobre la ciudad, sobre el país, y, por supuesto, quedandome atontando de cuando en cuando con la inmensidad de ese gran río.

Fueron unas 100 libras egipcias por la hora y media de paseo, algo menos de 13 euros, practicamente nada comparado con la belleza de la experiencia que es contemplar durante la noche y de forma tranquila la belleza de esa ciudad. Y más con la compañía que tuve, tod@s egipcios o residentes en El Cairo, lo mejor si quieres aprender y empaparte del lugar que visitas.

Paseo en Faluka

¿Entendeís ahora porque me estaba gustando tanto esta ciudad? 😉

>> Aquí puedes ver todas las fotos de El Cairo <<

Visitando las Piramides de Gizeh en El Cairo como una «Rock&Roll Star» – Egipto

Keops, Kefrén y Micerinos...

No se ni como empezar este post, solo viendo las fotos vuelvo a recrear las sensaciones que tuve allí, en ese lugar mágico en el que puedes sentir que viajas miles de años en el tiempo para situarte en momentos perdidos de la historia.
Cuando llegué a Gizeh fue como si el corazón se me encogiese y me hiciese sentir pequeño (si, grande no soy, ya lo se :p) ante una de las mayores obras creadas por el ser humano, no solo por su magnitud, sobre todo porque 4000 años después de que empezasen a construirlas no acaba de quedar claro como pudieron hacerlo, como fueron capaces de semejante creación con los instrumentos de los que disponían.
Alejado de ellas, perdido en el desierto contemplándolas a lo lejos los pensamientos viajan y se entrecruzan, como si el cerebro necesitase entenderlo todo para poder disfrutarlo. Tarde un buen rato en ser consciente de que no hace falta entender todo para poder disfrutarlo porque las respuestas a las preguntas que nos hacemos tal vez no existan o nunca lleguemos a tenerlas.

La gran Esfinge

Los nervios comenzaron el día antes, leyendo sobre ellas y buscando la mejor forma de llegar sin ser timado por conductores y guias, fue más fácil de lo que pensaba, solo tuve que ir a la estación de buses de Tahrir y tomar el primer autobús «to the piramids» justo en frente del Hotel Ramsés Hilton. En un momento dado, mientras avanzaba absorto en mis pensamientos el conductor paró y me dijo: «the piramids», y al fondo, a lo lejos, entre los edificios, pude adivinar como sobresalían los picos de estos mastodontes de piedra. Ahí empezó todo y se acabaron los nervios, las tenía delante mía.
Caminé los 800 metros que me separaban de la entrada esquivando supuestos guías que intentan convencerte de que la entrada es por otro sitio, llegué a la puerta, compré la entrada (100 libras egipcias) solo para la explanada y preferí esperar para decidir si entraría en alguna, tanto por precio como por el tiempo que quería dedicarle a las vistas exteriores.
Una vez dentro te siguen pidiendo el ticket timadores de todo tipo intentando hacer creer que forman parte de la organización, es todo falso, no necesitas guía, no tienes que darle tu ticket a nadie aunque los mismos policías turísticos se hagan los despistados mientras intentan timarte… luego toca una pequeña lucha con los dueños de camellos y caballos hasta que consigues abstraerte de todo y disfrutar del lugar donde te encuentras. No es fácil que estos «pesados» te dejen en paz, sobre todo cuando no tienen suficientes turistas a los que dar la plasta.

You wanna ride?? :p

A mi lo más que me sacaron fue un boli, no pensaba pagar por nada y menos por las fotos.
Caminé durante horas recorriendo la necrópolis, disfrutando como podía de aquella maravilla, disfrutando de Keops, de Kefrén y Micerinos, intentando entender como aquellos faraones, aquellos «simples hombres» decidieron embarcarse en unas obras de tal envergadura dispuestos a morir antes de ver terminadas sus propias tumbas, sus obras magnas.

En la busca

FishEyePiramid

Una de las cosas que las hacen incluso más atractivas es la situación en la que están enclavadas, en medio del desierto, y otra es la situación en la que El Cairo fue enclavada, al lado de las pirámides. Las vistas de la ciudad desde la explanada aumenta el sobrecogimiento que produce todo aquello dotando al momento de mucha más magia.

Gizeh...

Gizeh...

Detalle
Y luego los detalles, puedes ver el lugar en una visión panorámica y sobrecogedora pero acercarte a ver y tocar las piedras con las que las construyeron, las uniones de las mismas, provoca la mayor sensación de involución del género humano que nunca he experimentado, ¿como pudieron hacer aquello hace 4000 años?, ¿como consiguieron esas uniones?, ¿esas juntas?, ¿llegaremos alguna vez a poder hacer algo semejante?.

No quise pagar un guía, aunque creo que tampoco hubiese resuelto mis dudas, principalmente porque estando solo me salía demasiado caro, pero creo que en un viaje en grupo puede ser algo bastante interesante, me falto alguien a quien contar todas las preguntas que no paraban de brotar en mi cabeza.

Detalle...

Y en referencia al título del post, antes he dicho que estuve: «disfrutando como podía«, y es porque durante esos días y debido a las revueltas el turismo era escaso… el turismo occidental quiero decir. Llegue temprano y estaba casi solo pero poco a poco la explanada se fue llenando de turistas… árabes, y es la razón por la que de pronto me vi convertido en una «Rock&Roll Star«.
Ya me estaba ocurriendo en El Cairo en los días anteriores, a los egipcios les llamaba mucho la atención mi aspecto, supongo que las rastas, los pendientes, tatuajes… y me paraban por la calle, me tocaban el pelo, además del «Wellcome to Egipt» continuo no paraba de escuchar risas, sentir miradas de curiosidad pero fue en las pirámides, donde ellos también eras turistas, cuando decidideron soltarse y mostrarme abiertamente su curiosidad… y esto fue parándome cada 20 pasos para preguntarme si podían hacerse una foto conmigo, o estar un rato a mi lado, presentarme a sus amigos, a su familia… creo que pude hacerme fotos con más de 100 personas esa mañana, no podía sentarme a comer sin que alguien viniese a decirme algo, ya no camelleros, TODO EL MUNDO.

Loquillo cantaba aquello de: «Uhu, uhu, uhu, nena, voy a ser una «r’n’r star«… y yo puedo decir que lo fui, al menos por un día. Aquí pongo algunas de las fotos que yo también me tomé con ellos, que luego dice Clara que no salgo en el blog, estas van para ella 😉 .

RockStar...

RockStar...

Tuve momentos de bastante agobio escuchando a gritos el nombre de «Marco» allá por donde pasaba, y diréis… ¿Marco?, si, es que cuando me preguntaban el nombre y decía Pak me miraban con cara rara, entonces decía «Paco» y al momento todos decían «ah, Marco, OK, nice hair!!«… y así me quedé con este nuevo nombre de artista, en Gizeh soy Marco, el Rock&Roll Star…

Hubo un momento bajando a ver la gran Esfinge en el que más de 20 niños me rodeaban al grito de: ¡Marco sora!, ¡Marco sora!, ¡Marco sora!… (sora significa foto en árabe)… y yo corriendo como alma que lleva el diablo hasta que de vez en cuando algún señor de buena voluntad les pegaba un berrido en arabe, algo que debía significar: «Niños, ¡copón!, ¡¡dejad al guiri en paz!!«, y así conseguía algunos momentos de calma, pero de esa calma que precede a la tormenta.

RockStar...

Y cuando no pude más decidí marchar para visitar el Museo de El Cairo, y me acompañaron los 20 minutos de caminata hasta el autobús continuando con su cantinela de «Marco sora«… que le vamos a hacer.

En la ciudad....

Al final llegué al museo y me encontré con lo mismo, masas de turistas egipcios esperando para entrar y mirando curiosos mis pintas, no me atreví esta vez y decidí que volvería a El Cairo y a Egipto para ver todo lo que me faltaba de ese gran país, que 4 días no son muchos y prefiero hacer las cosas sin prisas. Eso si, vuelvo sin rastas, me quito los pendientes y me tapo los tatuajes, a ver si puedo pasar desapercibido, vamos, como cualquier otro turista y no como la estrella del Rock que fui durante mis 4 días en El Cairo.
De camino a casa paré un momento en la plaza que fue símbolo de la revolución del país, Midan Tahrir, la que inspiró la Acampada Sol, la de Wall Street y extendió por el mundo un aire de que el cambio es posible, de que los pueblos somos los que tenemos que gobernarnos sin supeditarnos a jefes militares, políticos, reyes o faraones… que las pirámides las construyeron hombres libres y no esclavos, por eso han llegado a ser lo que son, la única maravilla del mundo antiguo que sigue en pie… a ver si como hombres libres, como mujeres libres, conseguimos construir una democracia verdadera en el mundo, no supeditada a los faraones que gobiernan nuestros países y manejan nuestros bancos, esa será la única manera de que esa otra maravilla del hombre (la democracia) se mantenga en pie por miles de años.

Midan Tahrir... la plaza de la revolución.

Otra que va para Clara, yo con la plaza Tahrir de fondo poco antes del atardecer.

 >> El set completo con las fotos de las pirámides <<

Adelanto del paseo por la Ciudad de la Basura en El Cairo (Egipto)

Este es un pequeño adelanto del post que tengo que escribir sobre la visita a la Ciudad de la Basura en El Cairo. El vídeo lo subí desde Bangkok antes de salir, «por si las moscas«… y las moscas han sido y están. Internet en Myanmar va tan mal como esperaba o peor, hoy en Mandalay al fin puedo permitirme escribir estas líneas para confirmar que sigo vivo y «coleando» poco, jejeje.

He querido escribir este post porque acabo de ver las noticias (llevo unos días desconectado) sobre lo que esta ocurriendo de nuevo en Egipto… le deseo muchos ánimos y mi más sincero apoyo a todo el pueblo egipcio, una gente increíble que no merece lo que le esta pasando.
Estoy en Mandalay (Myanmar) y si agudizo bien el oído puedo escuchar los gritos desde Tahrir, los de rabia e indignación ante la burla del proceso «democrático» que intenta imponerles una junta militar salida de los restos que dejo Mubarak, sin ganas de cambiar y si de reprimir. Una junta que no ha aprendido que la represión nunca vencerá a los sueños, y menos si esos sueños son de libertad.

Hace meses, cuando pensé que Sol era nuestro Tahrir, leí allí en un cartel: «Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir«, el pueblo egipcio ha decidido no dejar dormir a los militares de la junta, ha decidido seguir soñando, y yo voy a soñar con ellos.

También leyendo las noticias he visto que el pueblo español, al contrario que el egipcio, ha decidido dormir en vez de soñar.

España se duerme en el camino hacia una verdadera democracia dando el poder al único partido que no ha presentado un programa, dando el poder a un pelele que no ha dicho ni que piensa hacer con el país. Si se pueden ganar unas elecciones sin haber hecho méritos para ello creo que hay algo mal en la base de nuestro sistema.

Por no hablar de la vergüenza de ley electoral que rige nuestras elecciones, empezando porque pedí el voto por correo el primer día que se podía y me fuí sin haber recibido absolutamente nada para ejercer mi «supuesto» derecho.
Yo  pensaba que votar es un derecho… ahora tengo claro que seguro no es un «izquierdo«.

(Este post está escrito desde Myanmar, con un teclado sin tildes y corregido en gmail para ver si las «Erratas» abandonan el barco, aunque no las tengo todas conmigo. En este post solo expreso mi opinión, por eso de que es mi blog, no te enfades conmigo si piensas distinto, mejor plantéate que, si te gusta leer mis aventuras viajeras, ya tengo excusa para no volver en 4 años.)

Amanecer en Bagan con un día de crepúsculo incierto (Myanmar)

Amanecer en Bagan

La bruma, la luz, la paz, el silencio, la sensación de estar en uno de los lugares más mágicos que he tenido la suerte de contemplar… todo se une a las maravillosas vistas, a las más de 4000 pagodas, para formar Bagan.
He podido contemplarlo, disfrutar de su magia de nuevo… y me he dado cuenta de que no necesito mucho más para ser feliz, incluso con la mitad, me sobra.

A veces dudo de si Myanmar es solo un país, porque en mi caso es también un sentimiento.

Aunque uno de los días que estuve por allí todo se me nublo y Bagan llego a parecerme feo, fue al encontrar de nuevo a UO Dera, mi monje, mi amigo.
Su monasterio había perdido la alegría y él estaba enfermo, en cama y casi ciego, no pude soportarlo y salí corriendo a buscar los atardeceres que me enseñó… ya no estaban, por lo menos ese día no estuvieron, ese día Bagan se torno gris, ese día me di cuenta que no podemos parar el tiempo y que volver… a veces es duro, sobre todo cuando no te reciben como quieres.
No he tenido fuerzas para ir a verle de nuevo después de ese día, soy cobarde ante el dolor y prefiero que su imagen en mi cabeza siga siendo la de aquellos días en los que su sonrisa lo inundaba todo.

Bagan es ahora ese lugar precioso que un día no lo fue, no se lo reprocho, no le culpo, la culpa es mía por pensar que todo va a seguir siendo siempre como uno quiere que sea.

Nunca llueve eternamente pero tampoco el sol dura toda una vida.

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