La escuela Km 42, otro proyecto de Colabora Birmania en Mae Sot (Tailandia)

Escuela Km 42

La escuela Km 42 fue el segundo proyecto que visité de Colabora Birmania durante mi estancia en Mae Sot. Fui 2 veces, en la primera coincidió que andaban por allí Jose Lourido (amigo de España que en este viaje ya había encontrado en El Cairo y Bangkok), Artur, Eugenio (le conocí en México durante la vuelta al mundo), María Jose y Dibol, y fuimos principalmente para ver un poco como funcionaba el centro. La segunda vez fui para hacer unas fotos de Javi encargandose de las negociaciones y la compra del material para la construcción de un nuevo comedor y fotografiar las mesas que habían comprado para los niños con la ayuda de los socios.

El trabajo que realiza CB en el 42 es el mismo que en la Chicken School a nivel de permisos de residencia, aunque hay algunos alumnos que son muy mayores y el gobierno tailandés no les concede el permiso, con lo que continúan en situación ilegal por tiempo indefinido. El propósito de este permiso es que puedan finalizar su periodo escolar sin problemas de deportaciones o tener que pagar sobornos a la policía. El permiso dura 10 años (tiempo que el gobierno entiende como suficiente para finalizar los estudios básicos) pero algunos alumnos empiezan a estudiar muy tarde y debido a su edad el gobierno deniega los permisos.

En el 42 hay inscritos 400 alumnos, 42 de los cuales están internos en dormitorios construidos por Colabora Birmania. Los motivos por los que estos jóvenes tienen que estar internos son que no tienen padres, que su familia cercana vive en Myanmar, o, simplemente, que viven tan lejos del cole que Colabora no puede costear su transporte diario.

CB ha construido los edificios del 42 (cocina, comedor, aulas, baños, parvulario y dormitorios) corriendo íntegramente con los gastos de la obra: materiales, salarios de los obreros, del constructor, etc. Con el tema mantenimiento de la escuela y comida, se reparten los gastos junto a Help Without Fronteers pagando la mitad cada una (gastos de alquiler de terreno, electricidad, agua, salarios, material escolar, etc).

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Llegamos al centro a la hora de la comida. Me sorprendió la increíble organización y disciplina de l@s niñ@s. Los mayores cuidan de los pequeños para que no les falte nada y además se encargan de las labores organizativas en las diversas tareas que hay que realizar. Ningún «superior«, profesor o adulto tiene que estar encima, saben lo que tienen que hacer en cada momento y lo hacen, no por miedo al castigo, lo hacen porque saben que es necesario para avanzar. Su vida no ha sido fácil desde que nacieron y no han tenido más apoyo que el que se dan los unos a los otros, lo único que tienen claro que no les podrá quitar nadie.

Esto crea un sentimiento de comunidad y unión entre ellos que facilita mucho el trabajo a los profesores y al equipo de Colabora.

Un ejemplo claro es ver como cuando terminan de comer ayudan entre todos a lavar los platos y cubiertos que han usado.

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Y cuando ya está todo recogido ha llegado el momento de jugar (con los farangs) un rato antes de que vuelvan a empezar las clases.

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

La segunda vez que pasé por el 42 estaban realizando una campaña de vacunación a los más pequeños. Las caras de miedo no llegaron a tornarse en llantos en ningún momento, una vez vacunados salían sonrientes y se quedaban a un lado para ver los gestos y las muecas que ponían los demás. Son unos valientes 😉 .

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Aproveche para realizar unas fotos que necesitaban para mostrar las nuevas mesas que habían comprado con la ayuda de las aportaciones de los socios.

Km 42

Km 42

Y para seguir a Javi en las negociaciones que estaba llevando sobre la construcción del nuevo comedor y la compra de materiales para continuar con las obras.

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Escuela Km 42

Si tuviese que definir con un frase un día visitando los proyectos de Colabora Birmania diría que es «un día inundado de sonrisas«. Imagino que esas sonrisas son pago suficiente para quien dedica su vida a intentar dar un futuro a lo demás, y a pesar de ello el equipo de CB no duda un instante a la hora de devolverlas.

(*) En Febrero de este año hubo un incendio que arrasó casi todas las comunidades en las que viven las familias de los alumnos del 42. En menos de 2 meses Colabora Birmania y las ONGs que trabajan en Mae Sot casi han conseguido reconstruir estas comunidades. Por supuesto esas familias no podrán reconstruir «la vida» que perdieron entre las llamas pero el trabajo de estos voluntarios les ha ayudado a recuperar parte de la dignidad que el fuego les robó.

(**) La semana pasada Colabora Birmania presentó su último proyecto, una divertida aplicación para smartphones y tablets nacida de la imaginación de su alumnos. El diseño, los sonidos y todos los elementos gráficos de la aplicación han sido creados por los niños y niñas de la escuela Km 42. Puedes descargarla visitando Ahoratetocaati.org o pinchando en el banner que he puesto debajo de la cabecera a la derecha.

>> Ver todas las fotos del reportaje en Flickr <<

Que proyectos como este puedan seguir adelante depende del trabajo de Colabora Birmania (Carmen, Javi, Marc, Mery, Dani y el resto de voluntarios que “colaboran” con ellos), pero también está en tu mano la posibilidad de ayudar a que los refugiados birmanos tengan la dignidad que merecen:
Puedes hacer tu donativo en la cuenta de Colabora Birmania en La Caixa:
2100-0515-45-0200219564
.
Otra opción es hacerte socio de Colabora Birmania y ayudar a continuar con este fabuloso proyecto que espero dure por siempre, o al menos hasta que el pueblo birmano pueda vivir con dignidad, sin represión, en libertad y sin ayudas… mientras tanto, yo COLABORO, ¿y tu?.

Malapascua, el paraíso en forma de isla (Filipinas)

Un día cualquier en Malapascua

En este post os voy a prensentar Malapascua. Si ya se que hace 5 meses que empecé a hablar de ella en el blog pero es que hasta ahora casi no había puesto fotos de como es en «la superficie«, me había centrado en sus fondos marinos, lo que más y mejor conocí de ella, pero claro, habiendo «vivido» allí unos 3 meses y medio no puedo negar que también tuve tiempo de conocer otras muchas cosas de esta maravillosa isla.
Empecemos por una pequeña descripción: 2’5 km de largo por uno de ancho, un perímetro de 4 km, cerca de 3.500 habitantes y muchas palmeras.

Ya os he dicho que la descripción sería pequeña y no solo para hacerla acorde con su tamaño, es que en este tiempo he leído tantos post e información útil sobre el lugar, algunos de ellos muy bien escritos, que en vez de contar yo me voy a «limitar» a enlazar los más destacados.

Para una descripción algo más larga y mucho más sugerente no os perdáis la que hacen Rubi e Irati en la home de Buceo Malapascua, me encanta la frase con la que comienzan a describir este «trocito de cielo«:

Malapascua ocupa un lugar destacado en la larga lista de joyas de uno de los países mas bellos y desconocidos del sudeste asiático: Filipinas.(…)

Malapascua

Seguimos con la etimología, vamos, de donde viene su nombre. Para ello voy a citar el post de Carlos Olmo, con quien tuve la suerte de coincidir allí y guiar en alguna que otra inmersión (no os olvidéis que allí me saqué el título de Divemaster).

(…)la isla Mala Pascua o Malapascua debe su nombre a otra Pascua, la de Navidad, ya que fue descubierta el 25 de diciembre de 1520, cuando un barco español encalló en sus costas, probablemente porque estaban demasiado ocupados celebrando la Navidad al estilo español, o sea borrachos. (…)

Muy buena descripción del «spanish style» a la hora de celebrar , aunque creo que es una herencia que les dejamos bien profundo en sus costumbres. Incluso pienso que podrían llegar a superarnos con su «filipino style«, una forma bastante peculiar que tienen a la hora beber. Me explico. Cuando la bebida es cerveza lo hacen compartiendo un vaso que se van turnando entre todos y cuando hay que tomar alcohol de alta graduación su manera es igual de sencilla: Ron, «cocacola» y 2 vasos. En uno se sirve el ron y en el otro la mezcla, con lo que en si, lo que hacen es tomarse primero un chupito de alcohol y luego otro de refresco para terminar mezclando ambos en el estómago.
No acabé de descubrir la razón de esta forma de beber, tal vez sea para que todos consuman lo mismo, para crear sentimiento de comunidad (compartir) o simplemente es la forma más sencilla y barata para emborracharse rápido… lo único que se es que yo soy de los de: «donde fueres, haz lo que vieres«, y las noches en Malapascua (y en todo Filipinas) se acabaron convirtiendo en un ejercicio de tenacidad (para conseguir aguantar el equilibrio).

Playa

Playa

Playa

Playa

Playa

Playa

Pero continuemos describiendo la isla. Además de las playas que podéis ver en las fotos y entre las que destacaría Los Bambús y Small Beach, en el extremo norte, sin desprestigiar para nada las algo más concurridas Bounty Beach y Logon Beach situadas en el sur, una de las cosas que me enamoró de este lugar fue su interior. Esos 2’5 kilómetros cuadrados sin asfaltar en los que se encuentran los barangays (comunidades), ese pedazo de tierra donde los lugareños hacen su vida mientras los extranjeros bucean.
Los barangays principales de Malapascua son Logon, Kabatangan, Bakhan, Bool, Kangub y Guimbitayan. En ellos se encuentran sus casas, las tiendas (ejem), las escuelas, los bares, los karaokes (una de sus mayores aficiones), las iglesias y las canchas de baloncesto. Creo que estuve en todo menos en las iglesias, es más, ahora me pregunto si hay más de una en la isla.
Y cuando digo que me enamoró fue sobre todo por l@s Malapascueñ@s. Una gente encantadora, amables y siempre sonrientes cuando se acercan a ti pocas veces es para buscar algo más que no sea un poco de conversación.

Niñas

El lugar donde me alojaba en Exotic daba directamente al barangay de Logon y una de las primeras imágenes que vislumbraba entre legañas cada mañana era la de la foto de abajo. Si observáis bien comprobaréis que de allí salía también uno de los primeros sonidos que escuchaba cada amanecer, el «kikiriki» de los dichosos gallos. Llegué a contar hasta 15 «cantando» a la vez.
La isla está plagada de «lechones» y gallos, los primeros los crían para comerlos y los segundos para entrenarlos en el «noble arte de la lucha«… vale, cierto, los gallos no son espartanos ni conscientes de lo que les espera con lo que omitamos el adjetivo «noble» e incluso podemos hacer desaparecer el nombre «arte«… total, que los usan para las peleas de gallos.
Personalmente estoy en contra del maltrato animal y como en España nunca he querido presenciar una corrida de toros, en Filipinas me negué a asistir a una de estas peleas. Con lo que no puedo dar muchos más datos al respecto, solo se que se hacían los domingos y que las mañanas de los lunes solían ser las más tranquilas, en cuanto a «kikirikis» se refiere.

Vistas

Atardecer en Pilar Pension

Atardecer en Pilar Pension

Pero Malapascua es mucho más. Malapascua son atardeceres que cortan la respiración y amaneceres espectaculares (prometo que vi más amaneceres al volver de las inmersiones que al volver de «los karaokes» :p ), Malapascua es buceo (por supuesto), Malapascua es tranquilidad y paz, es gastronomía filipina, es cultura visaya, es paciencia (a la hora de esperar por la gastronomía), es diversión (cada sábado en la disco), y por supuesto y en mi caso, Malapascua es AMIGOS y RECUERDOS. Ambos en mayúsculas. Por eso debe ser que me dio tanta pena marchar, por eso debe ser que regresé al poco tiempo, por eso debe ser que la echo tanto de menos.

En la banka...

En la banka...

La foto de abajo es la primera despedida. Nunca en un viaje me había costado tanto abandonar un lugar, pero es que pocos sitios he encontrado tan especiales. Siempre digo que la opinión que a cada uno le deja un lugar se basa en las experiencias y en las personas que se encuentra a su paso. Mis experiencias allí fueron casi (casi) tan maravillosas como las personas que encontré.

Despedida

Pero esto no acaba aquí, me quedan unas cuantas cosas que contar de este «paraíso en forma de isla» y muchos nombres propios que dar. Mientras os vuelvo a invitar a visitar algunos enlaces interesantes sobre el lugar:

El post de Carlos Olmo en Vagamundos sobre su paso por la isla:
Buceo con Exotic dive en Malapascua con Tiburones Zorro

Algunos datos muy prácticos e información útil en la web de Buceo Malapascua:
Para que te muevas sin problemas (Como llegar, dinero e idioma)
Qué bueno es cuidarse (Clima, salud y agua)
Mantente conectad@ (Corriente, internet y teléfono)
Disfruta del paraíso (Masaje, vida nocturna y un paseo)

La web de GoPro Family (que aunque ya no están en la isla fueron los culpables de que yo fuese a Malapascua y tienen post bastante interesantes sobre la diversidad marina del lugar).

Y por último, el genial artículo que escribió Bea para ABC hablando sobre sus vacaciones allí (¡¡gracias por el enlace!!):
Malapascua amanece con el tiburón zorro

>> Todas mis fotos de Filipinas en el set de Flickr <<

Yo, por supuesto, voy a seguir escribiendo sobre Malapascua, pero de una forma menos «general«, con pinceladas concretas de lo que más me llamó la atención. Pero ahora me gustaría acabar el post con una reflexión relativa a lo poco que estoy escribiendo en este viaje, que ya van muchos toques de atención que me habéis dado y lo entiendo.
Decía Thomas Mann que un «escritor es aquel al que escribir le cuesta más que a los demás«, y empiezo a plantearme si nací para ser escritor :p. Ultimamente no consigo encontrar tiempo para ello y cuando lo encuentro acabo reescribiendo cada post unas doscientas veces. Cuanto más escribo más difícil me resulta y a ello hay que sumarle que cuanto menos publico más me cuesta darle al botón de «Publicar«. A lo que me estoy acostumbrando es a pulsar el botón de «Guardar borrador» y así no vamos a ningún lado, más que un blog esto parece un diario… solo para mi.
Si todo son ciclos, a ver cuando acaba este, que yo ni quiero ser escritor ni tener un diario 😉 .

Sueño… luego emigro. Yo también tomo la plaza (en Malasia). #12M15M

Tomando la plaza...

Aunque me pilla un poco lejos hoy he decidido salir a tomar la plaza (Merdeka Square) para apoyar a todos aquellos que vais a hacer lo mismo en vuestros respectivos lugares.

Estoy en Malasia, en Kota Bharu, una ciudad cercana a la frontera norte del país a la que he venido para hacer el visado de 2 meses a Tailandia. Si todo sale bien me quedaré un tiempo trabajando en Phi Phi Island, pero ya daré más datos.

Últimamente no he estado demasiado prolífico, vale, no he estado casi nada prolífico… pero es que la búsqueda de trabajo ante las escasas perspectivas que se divisan desde la lejanía me ha quitado mucho tiempo para escribir, y las perspectivas han hecho desaparecer por completo las ganas de volver a España.
Por eso más que nunca creo que es el momento de salir a la calle, de luchar contra el miedo y decir: ¡YA ESTÁ BIEN!
En un país que va camino de los 6 millones de parados, sin un futuro a corto plazo que se vislumbre mejor, en una recesión económica (y cultural) como no se recordaba otra igual, no basta con dejar que pase el tiempo, hay que usar ese tiempo en demostrar que no nos da igual lo que hagan los de arriba, que, al fin y al cabo, están ahí porque nosotros les dejamos.

Hoy voy a pasar el día mirando a España, mirando a todos los que vais a salir a tomar las plazas, a tomar las calles, seré uno más en la distancia, porque yo también voy a estar allí, aunque sea en pensamiento.

Y si al final nada funciona y la resignación vence a la ilusión yo lo seguiré teniendo claro: Sueño… luego emigro. Y aquí os estaré esperando, en Asia. Aunque de vez en cuando echo de menos y me gustaría pasar por allí aunque solo fuese a saludar, en vuestras manos está que me apetezca volver.

#12M15M, #12mGlobal, #12mani, #Feliz12m, #tomalaplaza

(*) Espero que venza la vía pacífica y la palabra sea más fuerte que las porras, si no… la otra opción es clara y hace mucho que nuestros vecinos franceses la pusieron en práctica con bastante acierto, un invento de los que hicieron historia y que tal vez vaya siendo hora de recuperar: La Guillotina. A ver si así conseguimos algo de libertad, igualdad y fraternidad.
¡Vive la France!

Cerrado por Año Nuevo… Tailandés (¡¡Feliz año, Sawatdi pi mai, Happy Songkran!!)

Hoy ha empezado el Songkran, el año nuevo tailandés. Estoy en Chiang Mai, uno de los mejores lugares para celebrar esta festividad en Tailandia.

El Songkran son 3 días, el primero de celebración, el segundo para pasar con la familia y el tercero para dedicar a Buda… pero en Chiang Mai es mucho más, es tanto más que aquí empezó ayer y nosotros no teníamos ni idea (digo nosotros porque estoy con Roberto, un amigo, casi hermano, de Hortaleza). Bajábamos tan tranquilos del Doi Suthep con una moto que alquilamos y nuestras cámaras y documentación cuando de repente todo empezó a empaparse, empezando por la ciudad.

El vídeo es con la GoPro, es la entrada a la ciudad y el intento de llegar hasta el hostal para poder cambiarnos y hacernos con el armamento necesario para tal celebración:

Estamos armados y somos peligrosos... ¡¡SONGKRAM!!

Ya estamos listos y hoy hemos dado la talla, junto a Vane y Nico (parte del spanish crew de Malapascua), hemos superado la primera prueba… bueno, aún queda la noche.

El tema del agua es su forma de llamar a la estación lluviosa y de bendecir y bendecirse ante Buda, cualquier forma de lanzar el líquido elemento vale y nuestras potentes pistolas de 1500 power son una de ellas.

Hasta el domingo cierro por vacaciones, solo me queda deciros: ¡¡¡Sawatdi pi mai!!! (¡Feliz año nuevo!).

Por él he vuelto a Malapascua: Video del Thresher Shark (Filipinas)

Hablo de nuevo desde Malapascua, una de las razones, en el vídeo. La semana que viene intentaré explicar el porqué del retraso en los post, la razón por la que tras 2 semanas en Palawan haya vuelto a Malapascua y volveré a la carga narrando como ha sido este tiempo, estos casi 2 meses y medio que he «vivido» en la isla mientras me sacaba el título de DiveMaster (¡ya lo soy!).

Ver cercano el final me ayuda a reflexionar. Hogar es aquel lugar en el que te sientes agusto, por eso ahora puedo considerar que Malapascua ha sido mi hogar, aquí he pasado muy buenos ratos y he conocido a una gente de lo más bonita (que diría Vanesa), de aquí me llevo un recuerdo imborrable, gran parte generado por los locales, los habitantes de la isla, en mi opinión: lo mejor que tiene, y en otra gran parte por la gente que he encontrado, un buen grupo de lo más variopinto de los que he aprendido… y mucho, tanto en cuestiones de buceo como de la vida en general. Una gran parte de esta gente os la iré presentando en sucesivos post.

El lunes salgo para Manila y el Miércoles vuelvo a Tailandia con la idea de pasar una semana entre amigos, camaradas de Hortaleza, y después subir al norte a celebrar el Songkram (Año Nuevo Tailandés)… dicen que año nuevo, vida nueva. Veremos lo que le espera a la mía, que ni yo tengo idea.
Me queda un fin de semana por aquí pero la marcha del equipo de The GoPro Family (a pastos más verdes) ha precipitado que se acaben las inmersiones. Lo que ha sido mi vida en Malapascua se va a la vez que yo.

Hoy ha sido mi última inmersión, estoy con un oido un poco tocado y casi no he buceado esta semana, hoy no quería arriesgar pero tenía que bajar por última vez… la elección estaba clara, he vuelto a Monad Shoal.
Ha sido la mejor despedida, más de una docena de escualos en una inmersión que ha durado 52 minutos a una profundidad máxima de casi 35 metros. Jose y yo hemos sido los primeros en entrar al agua y los últimos en salir, y sin Nitrox. Han venido todos a decirnos adiós (los Thresher digo), alguno casi podía tocarlo de lo cerca que nos han pasado.

Ya me puedo ir agusto.

Ahora me queda despedirme de la gente, de las playas, del azul, de las palmeras… pero tal vez no lo haga y solo les diga hasta luego. Creo que me voy a llevar conmigo un gran pedazo de esta isla, tan grande como el pedazo mio que se queda, lo mismo que me pasó con Hortaleza cuando salí para emprender este viaje… lo mismo que pasa cada vez que partes del que ha sido tu HOGAR.

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