Hablo de nuevo desde Malapascua, una de las razones, en el vídeo. La semana que viene intentaré explicar el porqué del retraso en los post, la razón por la que tras 2 semanas en Palawan haya vuelto a Malapascua y volveré a la carga narrando como ha sido este tiempo, estos casi 2 meses y medio que he «vivido» en la isla mientras me sacaba el título de DiveMaster (¡ya lo soy!).
Ver cercano el final me ayuda a reflexionar. Hogar es aquel lugar en el que te sientes agusto, por eso ahora puedo considerar que Malapascua ha sido mi hogar, aquí he pasado muy buenos ratos y he conocido a una gente de lo más bonita (que diría Vanesa), de aquí me llevo un recuerdo imborrable, gran parte generado por los locales, los habitantes de la isla, en mi opinión: lo mejor que tiene, y en otra gran parte por la gente que he encontrado, un buen grupo de lo más variopinto de los que he aprendido… y mucho, tanto en cuestiones de buceo como de la vida en general. Una gran parte de esta gente os la iré presentando en sucesivos post.
El lunes salgo para Manila y el Miércoles vuelvo a Tailandia con la idea de pasar una semana entre amigos, camaradas de Hortaleza, y después subir al norte a celebrar el Songkram (Año Nuevo Tailandés)… dicen que año nuevo, vida nueva. Veremos lo que le espera a la mía, que ni yo tengo idea.
Me queda un fin de semana por aquí pero la marcha del equipo de The GoPro Family (a pastos más verdes) ha precipitado que se acaben las inmersiones. Lo que ha sido mi vida en Malapascua se va a la vez que yo.
Hoy ha sido mi última inmersión, estoy con un oido un poco tocado y casi no he buceado esta semana, hoy no quería arriesgar pero tenía que bajar por última vez… la elección estaba clara, he vuelto a Monad Shoal.
Ha sido la mejor despedida, más de una docena de escualos en una inmersión que ha durado 52 minutos a una profundidad máxima de casi 35 metros. Jose y yo hemos sido los primeros en entrar al agua y los últimos en salir, y sin Nitrox. Han venido todos a decirnos adiós (los Thresher digo), alguno casi podía tocarlo de lo cerca que nos han pasado.
Ya me puedo ir agusto.
Ahora me queda despedirme de la gente, de las playas, del azul, de las palmeras… pero tal vez no lo haga y solo les diga hasta luego. Creo que me voy a llevar conmigo un gran pedazo de esta isla, tan grande como el pedazo mio que se queda, lo mismo que me pasó con Hortaleza cuando salí para emprender este viaje… lo mismo que pasa cada vez que partes del que ha sido tu HOGAR.