NO a la impunidad / Foto de la semana

génova

Ayer en la calle Génova de Madrid algo más de 300 personas salieron a pasear en contra de la impunidad de las «castas» más altas. No eran los espartanos del cómic de Frank Miller y estas Termópilas cayeron con menos resistencia.

Siempre nos queda pensar en aquella frase de Borges: «La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce». Podéis seguir ganando.

Domingo en El Rastro (Madrid) / Foto de la semana

rastro

Dos mimos un domingo cualquiera en El Rastro de Madrid… vuelve la foto de la semana.

Tarde de domingo / Foto de la semana

Tarde de domingo

Fuera el día es tan gris como el futuro, y eso que la partida no ha empezado todavía.

De nuevo en Hortaleza, rehaciendo mi vida.

Cae la noche en Hermigua (La Gomera) / Foto de la semana

Cielos de La Gomera

Cae la noche en Hermigua… como cae en este viaje, en esta etapa. El miércoles termina todo de nuevo, vuelvo definitivamente a Hortaleza, sin planes, sin nuevos caminos que seguir. El que consiga encontrar.

Empieza la búsqueda de trabajo, el intento de volver por tiempo indefinido… tan indefinido como todo en mi cabeza en estos momentos.

El único que se frota las manos con esta vuelta es el blog, el «ocio involuntario» en el que me voy a ver atrapado me va a permitir contar que pasó al final del viaje, en Jordania, en Palestina, o historias que quedaron por contar en Koh Tao, en Sri Lanka, en Filipinas… hay muchas aventuras pendientes e intentaré aprovechar la coyuntura (los casi 6 millones de parados) para usar el tiempo libre que tenga hasta que encuentre «el santo Grial» de mi futuro.
Como a tantos otros me tocará sortear las trampas, las pruebas que se me aparezcan. He visto «La última cruzada» y espero que me ayude aunque supongo que será más parecido a «Las 7 pruebas de Axtérix«. No olvidemos donde vuelvo.

Por ahora solo se que cae la noche, y estos 3 días voy a seguir soñando… con que el viaje no se acabe nunca.

Buenas noches, y felices sueños.

Dejando pasar el tiempo (La Orotava – Tenerife) / Foto de la semana

Dejando pasar el tiempo

No hay nada mejor que dejar que pase el tiempo, la perspectiva ayuda al entendimiento, la distancia interpreta los sentimientos. El tiempo modifica los recuerdos, juega con las emociones.

En estos días que vivimos dejar que pase el tiempo es un lujo para muchos y casi una obligación para otros tantos (sobre el 25%). La vida contemplativa ha quedado reservada a los ricos y a los jubilados, aunque muchos de ellos tampoco sean capaces de poder disfrutar de ella.

Y no nos damos cuenta de que, aunque también sea escaso, tenemos mucho más tiempo que dinero. El tiempo no se puede ahorrar, no se puede guardar en el banco, el tiempo que tenemos es para disfrutarlo, para gastarlo, aunque sea viendo la vida pasar a la sombra de la mañana.

Tiempo es algo que ahora no me sobra, el viaje por Canarias está siendo intenso, por eso el blog ha quedado limitado a la foto de la semana, los ratos libres que encuentro prefiero dedicarlos a ver la vida pasar a la sombra de la mañana, a ver si así descubro que camino va a llevar la mía a partir del mes que viene. El 7 de Noviembre regreso a Hortaleza y toca pensar en el futuro e intentar buscar alguno. Al fin y al cabo, todo es cuestión de tiempo.

La foto que encabeza el post es en la puerta de la Iglesia de la Concepción, en La Orotava, un pueblo al que tengo especial cariño. Aquí pasé el año nuevo de 2009-2010, aquí expuse y realicé una conferencia sobre la vuelta al mundo, fui jurado del concurso de graffitis y pintado sobre uno de sus muros. Todo gracias a Aperitivos Visuales (Dayana y Matias), el punto de unión entre La Orotava y yo. Pero el tiempo no perdona y ofrecer arte es un lujo dificilmente asumible.
Aperitivos Visuales ya no existe, al menos el espacio físico en el que habitaba. Pasar por su puerta, ver la galería cerrada  y sus paredes sin vida me provocó una sensación de tristeza dificilmente descriptible, por suerte me queda pensar que el alma de Aperitivos Visuales sigue libre, y podré volver a sentir que sigue abierto cada vez que esté con Dayana y Matias.

Ahora voy un rato a ver como pasa la vida desde el balcón de la habitación, una forma como cualquier otra de matar el tiempo antes de que me toque subirme a ella.

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