En Phnom Penh pasé un par de días. El primero lo dediqué a buscar la forma de realizar los visados de Vietnam y Laos de la forma más barata posible y no dejar oportunidad para volver a ser timado en las fronteras. Esta es la ciudad de Asia en la que puedes conseguir por menos dinero los visados para el resto de países, son 35 $ por el de Vietnam y 45 $ por el de Laos.
El segundo día me junté con otras 6 personas: Dani, Benjamín, Eduardo y Martín (Chile) y Adam y Rania (Grecia), para alquilar una furgo con conductor. A primera hora fuimos a visitar los Killing Fields, una especie de campo de concentración usado por los Khmer Rouge’s para exterminar a una gran parte de la población camboyana. Entre este y otros centros parecidos, la brutal dictadura de Pol Pot llego a exterminar a más de 2 millones de personas entre 1975 y 1979. Teniendo en cuenta que la población de Camboya es de 14 millones de personas, eso supone casi un 15 % de la misma. El genocidio fue brutal, empezó con opositores, intelectuales, políticos, burócratas, burgueses… y continuó con profesores, estudiantes, campesinos, militares y cualquier persona no apta para la revolución y el trabajo en el campo, ya sea porque llevase gafas, leyese o sufriese algún tipo de enfermedad.
Pol Pot (Saloth Sar en realidad, cambió su verdadero nombre por este que significa Political Portentor) intentó una revolución socialista de corte maoista llevada al extremo, hasta el punto de desalojar las ciudades y zonas urbanas y obligar al pueblo a ir al campo. Este hombre creía que en las ciudades se encontraba el germen del aburguesamiento y que las masas de campesinos serían la vanguardia de la revolución. Esto solo condujo a un empobrecimiento extremo del país y un importante retraso cultural. En 1979 tropas del Vietnam Socialista invadieron Camboya con la intención de derrocar esta sanguinaria dictadura. Hoy Camboya es un Reinado Constitucional y democrático… supuestamente. Un país que ha sufrido una de las mayores atrocidades del mundo moderno, pero que no hace perder la sonrisa y la amabilidad de una gente que ha sufrido lo indecible para poder ser «libres«, para poder decidir sobre su futuro, su educación, su religión o su ideología.
Después de los Killing Fields visitamos el centro penitenciario S.21. Una antigua escuela reciclada en centro de torturas e internamiento de disidentes durante el mandato khmer y que ahora se ha convertido en Museo del Genocidio.
Estos son lugares que hacen perder el apetito, las ganas de todo e incluso la confianza en el género humano pero que deben ser visitados, o al menos mantenidos, para que situaciones como la que vivió Camboya no vuelvan a repetirse, y la gente no olvide los costes de las ideas sin sentido de locos atormentados.
Dejo un enlace a la historia de Camboya para entender como la guerra de Vietnam y los bombardeos secretos estadounidenses dieron alas a la guerrilla khmer para hacerse con el poder de Camboya:
Pero Phnom Penh no es solo esto, es también el Central Market, el National Museum, el Royal Palace y la Silver Pagoda, el mercado Ruso y una ajetreada vida nocturna, en una ciudad que avanza y evoluciona para situarse como competencia de su vecina Bangkok, en cuanto a posibilidades para el disfrute del cuerpo y la mente.
Desde Phnom Penh salí para las playas del sur, me hacia falta un poco de agua salada y nada que hacer, pero volveré en 15 días a por mi pasaporte con los visados y poder salir hacia Saigon en una ruta de 3 días y 2 noches en barco por el Delta del Mekong. Supongo que a la vuelta a Phnom Penh me alojaré de nuevo en el Royal Guest House, un hostal situado cerca del Central Market. Es una buena opción para recorrer la ciudad y son 6 $ por habitación doble con tele y baño.
Antes de llegar a la costa estuve en Kampot, una especie de ciudad a 25 km de la playa. Llegue desde Phnom Penh en autobús (5$, 4h) y no tengo muy claro para que fluí, porque había bastantes pocas cosas que hacer allí. Me vino bien el relax y la despreocupación que eso conlleva… y bueno, pude disfrutar de una Full Moon Party en Cambodian Style… ya subiré un vídeo.
Ahora estoy en SianoukVille, fueron 2 horas desde Kampot por unos 5 $ en taxi compartido. Al fin estoy disfrutando de la playa, arenas blancas y aguas azules… no he sacado ni una foto, me estoy reservando para cuando llegue a «La Playa«… una aventura bastante avanzada que me llevará a una pequeña isla sin turistas, será posible?, si no fuese por Juanma y Xavi seguro que no lo hubiese ni intentado. Ahora estoy a un paso. En dos días sale un bote para allá. Os seguiré contando… lo que pueda.
Leonardo DiPakprio.