Llegue a Singapur desde Mersing con el tiempo justo para buscar alojamiento, cenar e irme al cumpleaños de Pamela y Erika.
Todos los guesthouses estaban bastante llenos pero encontré sitio en el Prince of Wales Backpacker Hostel. Eran 18 dolares de Singapur (9 euros) por cama en dormitorio con baño, aire acondicionado y desayuno incluido. El lugar tiene también, y según su propia publicidad: microondas, cervezas, música en directo y perro. Esta en Little India, uno de los barrios que mas me gustaron de este curioso país/ciudad habitado principalmente por 3 grupos étnicos mayoritarios: Chinos (76,7%), Malayos (14%) e Indios (7,9%), que conviven en perfecta armonía en este lugar sacado del escenario de una película: casas impecablemente pintadas, calles increiblemente limpias, transportes perfectamente puntuales… todo parece de mentira. Igual influye la dureza de unas leyes que castigan comer chicle en la calle, escupir o cruzar fuera del paso de cebra con altas sumas de dinero y penaliza el trafico de drogas, e incluso el consumo, con la muerte.
Pero volvamos a mi día.
Después de cenar en un restaurante indio de Little India fui al lugar en el que me encontraría con Pamela y Erika. Era Going Om, un bar-restaurante-garito para tomar algo situado en la calle Haij La, una paralela a Arab Street (otra zona bastante bonita).
La noche estuvo muy bien, el local es bastante chill y la pasamos tomando unas cervezas y haciendo malabares y juegos con fuego. También conocí a muchos locales que me orientaron bastante a la hora de decidir que hacer en Singapur. Entre todos decidimos que en realidad no hay mucho mas que hacer que ir a mirar tiendas… me explico, me hablaban de que me encantaría ver los museos de historia que tenían allá… de historia china, pero es que ya he estado en China y he visitado sus museos… luego me dijeron que la estatua del león no era nada especial… y que para ver pinceladas de cultura India siempre era mejor que visitase India, como también había estado ya en Malasia, no interesaba la parte malaya… todo ellos mismos, luego siguieron contándome que tampoco tenían una gastronomía propia, que era comida china, india y malaya y así con todo. Después de hablar con ellos llegue a la conclusión de que igual mejor me quedaba en el hotel, jeje.
Pero al día siguiente decidí salir… entre en uno de los muchos centros comerciales que hay y menos mal que no soy consumista, pero es que entre la posibilidad de regatear y la infinidad de artículos de fotografía que puedes encontrar a buen precio… fue duro salir de allí sin comprar nada.
Y con un poco mas de paseo paso mi día, volví al Going Om, donde había hecho buenas migas con Oliver (el dueño) y acabe esa noche de cocinero y con ofertas de trabajo, además de encontrarme de nuevo con Florian y Moritz.
Y al día siguiente volé para Australia.
Singapur me pareció un lugar curioso, es como una pequeña isla de civilizacion en medio de Asia, pero digo civilizacion en su concepto occidental de personas trajeadas, lujos, buenos coches, orden y esas cosas. Un país en el que los idiomas oficiales son el Ingles y el Chino, algo que ayuda a recorrerlo ya que todo el mundo habla un perfecto ingles. Es uno de los países mas caros y distintos del sudeste asiático pero siempre sera Asia y nunca dejaras de notar esa paz, ese respeto y esa amabilidad en la gente, algo que, para mi, no se da a tan alta escala en ningún otro lugar que yo haya visitado.
Y así fue como me despedí de Asia después de practicamente 6 meses, con la ilusión de ver a mi hermano y a Alberto en Australia y la enorme pena de salir del que creo, es el lugar del mundo que mas me gusta. Pero tampoco he estado en todo el mundo, dejemoslo en que Asia es el lugar del mundo que mas me gusta por ahora… si fuese una chica la querría de novia, pero aun tengo que ver con quien voy a casarme, queda mucho viaje por delante.