El término de «los cinco grandes» proviene del mundo de la caza, son los 5 animales más complicados de cazar a pie, los cinco mamíferos más cotizados, algunos de los más difíciles de encontrar y los más representativos del continente africano.
Los tiempos en los que su vida pendía de las manos de «deportistas» hambrientos de sangre han quedado en el pasado, por suerte. Las leyes se han endurecido y los países en los que se encuentran han restringido las normas que permitían matar por deporte… o por codicia.
Es dura la lucha contra los furtivos pero el mundo está cada vez más mentalizado de la importancia de la vida animal y lo que representan en la continuidad de los ecosistemas que habitan. Ahora siguen siendo igual de codiciados… pero para los cazadores de imágenes. Las nuevas armas hacen click en vez de pum y permiten inmortalizarlos para siempre sin daño alguno para ellos. Puedes colgarlos en la pared, en papel baritado, en vez de disecados. El nuevo taxidermismo es digital o tiene el taller en un cuarto de revelado.
En este último viaje he tenido la suerte de encontrarme a los cinco entre dos de los parques más bonitos del África Austral: Etosha y Chobe, en Nambia y Botswana respectivamente. Y los he cazado.
El primero el rinoceronte, el negro en este caso. Apareció sediento a la hora del atardecer en una de las charcas de Etosha. Un espectáculo impresionante.
Pero no tanto como ver al leopardo disfrutando de un un buen festín en Chobe. El día antes ya pudimos divisarlo a lo lejos en un boat cruise por el río que da nombre al parque. Majestuosidad es la palabra más adecuada para definir a este maravilloso felino.
No podía faltar el león. El rey de la selva, de la sabana… o del secarral. Porque Etosha no es precisamente un vergel. Ni nada que se le parezca. Esta falta de agua es la que permite, gracias a las charcas, ver más cantidad de animales de los que se verían sin ellas en este inmenso parque de más de 22.000 kilómetros cuadrados, uno de los más grandes del mundo. En este caso era la reina, una leona solitaria caminando tranquila en busca de alguna sombra que la ayude a soportar el calor.
Y el más grande de entre los cinco grandes; el elefante. Esta manada estaba en Chobe, junto al río, esperando el beneplácito del macho para poder acercarse a beber el líquido elemento. A pesar de su envergadura y fortaleza nadie da un paso en la selva sin antes comprobar el terreno, las crías siempre pueden ser presas de algún cocodrilo hambriento capaz de desafiar los tamaños en pos de un buen bocado.
Por último, pero no menos importante, el búfalo. Uno de los más peligrosos y tal vez el más listo en la forma de atacar. Es el animal que más muertes causa en África, el más temido. Estaba tranquilo pastando en una de las islas que forma el río Chobe en su paso por Botswana.
Aquí los tengo «cazados«, taxidermados para siempre en este muro que es el blog. Los cinco grandes. Los más buscados.
Pero no todo es bonito y hasta en esta parte del mundo tengo que avergonzarme del país que me vio crecer. Las noticias aquí están tomadas por el asesinato de uno de los símbolos de Zimbabwe a manos de un cazador español. El león Cecil tardó dos días en morir, una aberración que se hace más grande al leer en The Guardian que España es el país que más «trofeos de caza» ha importado en los últimos años. De 2007 a 2012 se importaron 450 cabezas de león, una barbaridad comparada con las 100 de Alemania.
Me avergüenzo de esa España y más que nada de esos empresarios millonarios que se la miden a base de trofeos de animales cuya existencia está amenazada. El paletismo de las élites españolas se transforma en patetismo al leer estas noticias.
En estos momentos me gustaría creer en el karma pero me vuelvo malvado y desearía ver las cabezas de esas clases altas como trofeo en algún museo. Porque élites siempre habrá, pero me pregunto si nuestros hijos podrán ver en el futuro, como he tenido la suerte de ver yo, los cinco grandes de África fuera de un zoológico o una foto en un libro. Inshallah.
(*) Editado 28 de Julio de 2015. Parece ser que el cazador no era español y tengo una cosa menos de los que avergonzarme. Leo a Dani Serralta en su cuenta de Facebook que se trata de WALTER JAMES PALMER, un estadounidense guiado por el sudafricano Theo Bronkhorst. Ambos dos una vergüenza para el mundo de la caza en particular y para el género humano en general. Gracias Dani por la info.
Para seguir más cerca el caso os invito a seguir la cuenta de Dani y os dejo un par de noticias que lo explican:
El cazador que mató a ‘Cecil’ es estadounidense, dentista y apasionado de la caza
Identificado un estadounidense como el cazador del león Cecil