Un puente de teka sobre el lago Taungthaman: U Bein’s Bridge (Amarapura – Myanamar)

Atardecer...

Si hubiese alguna razón que me llevase a visitar de nuevo Mandalay solo podría ser el U Bein’s Bridge, porque la ciudad ha terminado de perder sus encantos para mi, si es que alguna vez tuvo encantos. Es mi ciudad maldita en Myanmar, en 2008 tuve una de las peores gastroenteritis que nunca he sufrido viajando y esta vez no podía ser menos, aunque por suerte no fue tan dura.

Cuando salía de Mandalay en dirección a Inle Lake sentí que le daba un abrazo muy fuerte para despedirme de ella, una de esas despedidas sinceras, porque espero no volver a verla nunca más.

Siempre digo que las opiniones de los lugares en los viajes se crean por la propia experiencia, mi experiencia en Mandalay no fue buena, le cogí manía, me parece calurosa, sucia, polvorienta, intransitable… y así podría seguir hasta el infinito, pero no todo el mundo piensa igual que yo, incluso puedes pensar todo lo contrario, a Ele es una de las ciudades que más le gustaron del país, con lo que para formarse una idea real de que te parece Mandalay lo mejor es, por supuesto, ir a conocerla en persona, y luego me cuentas en los comentarios.

Pero volviendo a la razón de este post, hay varias visitas que puedes hacer en el día desde Mandalay, son las Ancient Cities: Amarapura, Sagaing, Inwa y Mingun. Las tres primeras tienen una tasa gubernamental de 10$ que solo pagas al llegar a la última de ellas y Mingun va por separado. Mingun la visité en la vez anterior y no me apetecía pagar de nuevo las tasas al gobierno y de las otras ciudades, las 2 veces que he estado he quedado atrapado en la primera: Amarapura, con lo que también me salté la tasa.

La razón por la que quedé atrapado es por la belleza del lugar, que si impone durante el día, un puente de madera de teka de más de 1’2km de longitud, durante al atardecer es un verdadero espectáculo.

Atardecer...

Si tuviese que definir 2 momentos en Myanmar serían sin duda el amanecer en Bagan y el atardecer en el U Bein’s, creo que no lo dudaría ni un segundo, en ellos está gran parte de la magia y la belleza de este país, si nos limitamos a los paisajes, luego están los birmanos y su eterna sonrisa.

Mi recomendación si tienes pensado visitar las 3 “ancient cities” en un día es que dejes Amarapura para el final y así poder disfrutar de uno de los atardeceres más bonitos que pueden verse en el país.

Atardecer...

Hay también un monasterio (Mahagandayon) en la ciudad al que los turistas se desplazan en masa para ver la hora de la comida de los monjes, la escena sería preciosa, cientos de monjes en fila caminando hacia el comedor, si no fuese porque la cantidad de impertinentes turistas que les lanzan flashazos con sus cámaras en la misma cara hace que aquello parezca más la visita a un zoológico que a un acto ceremonial dentro de la vida en el templo. El respeto hacia unas personas que van a iniciar su última comida del día (a las 10 am) desaparece por completo viendo a tal cantidad de maleducados que no dudan en romper las filas de monjes por intentar hacer una foto, que no dudan en acercarse a ellos a menos de un palmo de distancia de sus caras para conseguir una imagen que luego, supongo, explicarán como si hubiesen vivido una experiencia única… y la única experiencia que han tenido es llegar en un autocar 5 minutos antes para ver algo que la mayoría no saben ni lo que es. Luego muchos se marchan incluso antes de la ceremonia termine, mostrando una vez más su mala educación.
No hay más que ver las caras de los monjes, la sonrisa birmana desaparece por una cara triste que mira al suelo. Es una escena que preferiría no haber contemplado pero no sabía que aquello iba a ser así, por eso fui. Una vez termina todo los turistas desaparecen y los monjes vuelven a recuperar la paz en el templo, lo que yo buscaba en ese lugar. Al poco de seguir sentado en el mismo lugar desde el que pude ver aquello, reflexionando sobre ello, se acercó uno de los monjes, que había conocido poco antes del “espectáculo”, para ver si podía ayudarle con la pronunciación de algunos textos en inglés, porque aquel monasterio es también escuela. Y así pude conocer sus impresiones, como es la vida en aquel lugar, como es en realidad su vida. El tiempo que duró la conversación hizo que hubiese merecido la pena ir, y ante mi pregunta de que opinaba de todo aquello su respuesta fue: -El “jefe” dice que es bueno-. Supongo que las donaciones que reciben de “los fotógrafos” les permiten vivir un poco mejor, ya que el sustento de los monasterios se basa en la caridad de la gente.

Para el viajero hay una contradicción constante entre la pureza de las experiencias que quieres vivir y la prosperidad que proporciona el turismo a un país (que sería de España sin el turismo), por mi parte no puedo negar que ese dinero es positivo, que les permite vivir mejor y conseguir la dignidad que la pobreza a veces esconde, pero se pueden compaginar ambas cosas, y hay un gesto, una palabra, que hace de conjunción entre ellas, que permite esa unión, esa palabra es: RESPETO.

Atardecer...

Mandalay.

Llegue a Mandalay desde Inle Lake despues de 10 horas de autobús por unos 9 $. Mi primera impresión fue la de una ciudad sucia y polvorienta, sin demasiadas cosas interesantes… después de 5 días en ella mi impresión es la de una ciudad sucia, polvorienta, sin casi nada interesante y calurosa como el mismísimo infierno. Lo mejor que tiene esta fuera de la ciudad. Tengo que puntualizar que pase 2 días en cama con la típica «diarrea del viajero» y una ligera deshidratacion… mi estupendo botiquín preparado por Clara y el el suero oral consiguieron recuperarme en no demasiado tiempo. La «enfermedad» no me dejo visitar Pyin U Lwin o Hsipaw, lugares que según me han comentado son bastante interesantes, pero la idea de tener que regresar a Mandalay de nuevo para ir hasta Bagan me superaba (están al noreste y Bagan al suroeste).

Pero empecemos por el principio. Me aloje en el Nylon Hotel (5$ con desayuno), cerca del palacio y mas o menos en el centro de la ciudad. Mandalay no es demasíado grande, puedes recorrerla a pie de punta a punta en unas horas, yo lo hice. El primer día estuve recorriendo el centro y algunas pequeñas pagodas, supuestamente hay un combo ticket de 10$ para visitar la ciudad, este dinero es para el gobierno, pero si no entras en el Palacio no te lo exigen para los demás lugares. Yo no lo pague y pude subir a Mandalay Hill, una bonita pagoda en lo alto de la colina, posiblemente lo mas bonito que tiene la ciudad. Eso si, te hartas de subir escaleras y eres afortunado si no te pierdes bajando. Yo me perdí, pero fue interesante porque acabé en un pequeño templo donde un monje me acogió y me ofreció agua y naranjas cuando vio que se acababan mis provisiones. Luego me indico más o menos la forma de volver a la ciudad y se disculpo por no hablar ingles… «No se preocupe, yo tampoco hablo Birmano«, le dije.

Mis mejores recuerdos de Mandalay se bajan en la «gastronomía nocturna«: las cenas a base de chapati en un puesto cercano al hotel, los helados de vainilla del Nylon Ice Cream Bar y las cervezas en la azotea del Hostal Royal con Scott, Melanie y Pedro. No habia muchas mas opciones, en Mandalay no hay ni bares, ni pubs, ni discotecas para salir a tomar algo por la noche… pero volvamos a la ciudad durante el día.

En Mandalay puedes visitar las «Ancient Cities«, son: Amarapura, Inwa, Paleik, Sagaing y Mingun. Las 3 primeras tienen un ticket de entrada de 10 $ si vas en viaje organizado o visitas las 3 en un día. Yo fui en pick-up a Amarapura por 20 centavos de dolar, no pague el ticket del gobierno y es, desde mi punto de vista, la mas bonita de todas. Es precioso pasear por el U Bein’s Bridge sobre el lago Taungthaman, supongo que el atardecer debe ser increíble pero la ultima pick-up de vuelta era a las 16:30. Merece bastante la pena visitar Amarapura, fue lo que mas me gusto de mi estancia en Madalay.
También estuve en Mingun, pero los 3$ que tienes que pagar al gobierno por entrar, los 3 mas del ferry, que estaba empezando a enfermar y un insoportable calor fueron un coctel demasiado fuerte como para poder disfrutar de la visita.
Desde ese día, salir de Mandalay era mi único objetivo.

Lo conseguí 2 días y 12 horas de minibus después. Un bus local atestado de personas por el nada módico precio de 12 $, no es que sea caro pero me parece demasiado pagar por sufrir esas carreteras. La otra opcion es pagar 9 $ por 9 horas de un cómodo tren… lo malo, que la única compañía que hace el trayecto pertenece al gobierno… y hay que intentar ser coherente por difícil y duro que sea el viaje.
Menos mal que todo se olvida cuando llegas a ese pequeño paraíso que es Bagan.

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