Del post anterior conseguí despertar con una especie de aureola brillante que cubría todo, al rato había vuelto al mundo real… o eso creo, aun dudo cual es el verdadero. En ese post cuento un poco mi primera impresión sobre Bali, o mejor, sobre Kuta. Kuta, como ya he dejado claro, es una de esas ciudades sacadas de una película de surferos: playas, chicas, tablas, diálogos vacíos, imagenes de ensueño… aunque no estuvo nada mal para celebrar mi cumpleaños y la despedida de Annick y Karine (volvieron a Canadá tras casi 10 meses de viaje por Asia).
Pero dejemonos de películas y continuemos como debe ser… seguimos con Kuta.
En cuanto a garitos para salir a tomar algo, Kuta esta lleno y lo mejor es que en la mayoría ponen música en directo. Mis preferidos fueron Apache (música reggae en directo), Expresso (simpáticas camareras, un poco de punk y muchos locales) y para tomar algo antes de salir Joe’s (acústicos de gran calidad y buffet libre gratuito para la cena de los viernes).
Kuta es eso y surf, buenos spots alrededor y Kuta Beach en el centro, una de las pocas playas de arena de Bali y, por tanto, una de las mejores para practicar y aprender a surfear.
Y en Kuta me alquile una moto para recorrer la isla, fueron 2.5 $ al día. En cosa de una semana hice unos 600 km. Primero fui a Medewi, en el extremo occidental. Alli pase un par de días tragando agua y llenando mis piernas de cortes. Dicen que es un buen spot, que no hay reef, el suelo es canto rodado y tiene una buena ola a izquierdas no demasiado rápida.
Pero cuando tu nivel no es muy alto y toda la fuerza del Indico entra en forma de olas enormes… ufff… se puede llegar a disfrutar el sufrimiento??, yo lo hice durante 2 dias.
Lo mejor de la moto es disfrutar de los paisajes de la isla. Terrazas de arrozales inundados y bosques de palmeras por doquier… es realmente bonito.
El siguiente destino fue Amed. Ya había tenido suficiente surf y me fui al otro extremo de la isla para ver como eran sus fondos marinos. Amed es un pueblecito pequeño sin demasiado turismo. Me aloje y bucee con la misma empresa: Eco Dive. Fueron 3 $ por el bungalow y unos 45 $ por 2 inmersiones.
Para mi fueron las mejores que he realizado. La primera fueron 45 minutos a 30 metros con una fuerte corriente lateral, nunca lo habia probado pero es una experiencia increíble, aunque me chupase la botella entera luchando contra la corriente. La segunda, 50 minutos a 18 metros, algún tiburón (white tip, el primero que veo en mi vida), tortugas, caballos de mar y un francés que bajo conmigo.
A nivel de coral Bali es muy normal, pero en lo que a fauna acuática se refiere es, en dos palabras, Im Presionante. (Si, lo se… chiste facil).
En Amed también tuve la oportunidad de asistir a una boda balinesa.
Llevaba todo el día escuchando música y decidí ir a ver que era. Al verme llegar me invitaron a pasar y yo, que me apunto a un bombardeo, no dude un instante. Me llenaron de comida y bebida y me explicaron sus tradiciones, cantaron para mi y al final me acabe sintiendo como el protagonista del evento. Todos me invitaban a ir con ellos después a ver sus pueblos… una pena que al día siguiente salia para Ubud.
Fue muy guapa la experiencia e hice algunos buenos amigos, Wayan en particular, con el que aun sigo hablando de vez en cuando y que me estuvo llamando casi a diario para ver si me seguía gustando Bali. La verdad es que los balineses son una gente encantadora.
Y de Amed salte a Ubud, los paisajes en los trayectos en la moto continuaban siendo espectaculares.
Ubud es una ciudad… y un mercado, o mas bien es una ciudad mercado. Una bonita y tranquila ciudad repleta de tiendas… pero como yo no compro pues visite el Bosque de los Monos (arboles y… monos) y al día siguiente partí hacia Bingin, un pueblecito perdido con guesthouses en los acantilados y enfocado casi única y exclusivamente al surf.
En los principales spots no me atreví a meterme, la cantidad de tablas rotas (mas de 7 diarias) y los estragos que el arrecife causaba en los cuerpos de los surferos no me dieron mucha confianza. Pense en entrar en Dreamland (me la recomendó Oscar), playa de arena cercana a Bingin, pero me dio por sacar la cámara para ver como es eso de las fotos de surf.
Entonces me di cuenta de que soy mejor fotógrafo que surfero y me pase un par de días haciendo fotos, la única espuma que toque fue la de las cervezas que tomaba.
En Bingin fue muy fácil hacer fotos por la cantidad de Pros que pasan a surfear sus olas. Con esta gente hacer fotos espectaculares esta tirao. Apuntas, esperas y el resto es cosa suya… solo tienes que acordarte de apretar el botón del obturador en el momento apropiado.
Luego los surferos de por allí me acabaron posando porque parece que les molaron las fotos que hice. Yo quede contento para ser la primera vez que lo intento.
Mi primer set de fotos de surf.
Y de ahí volví a Kuta. La idea era tatuarme (esta tirado de precio) pero la cosa se torció y al final salí sin tatuaje pero con buenos colegas tatuadores… tal vez la próxima vez que vuelva (si vuelvo). La historia es larga y no muy entretenida, asi que mejor os la ahorro.
Y eso fue todo, Bali empezó pareciéndome demasiado turístico y acabo gustándome bastante, y esto fue gracias a los balineses, una gente muy simpática que no duda un segundo para ayudarte en lo que sea.
Puedes hacer colegas locales en un lugar infectado de turistas, y especifico: TURISTAS. Lo digo porque en Bali no hay tanto viajero, el tipo de mochilero es el que viene a pasar las vacaciones y eso se nota en el desparrame, el cachondeo, el despilfarro que llevan y que no intentan moverse demasiado o conocer las costumbres locales (no todos, claro esta).
Por suerte los balineses no son gente de reproches (su karma no se lo permitiría), y si lo intentas puedes llegar a pasar muy buenos ratos con ellos. Yo quiero destacar a Lokho, David y Donny en Kuta, a Manno en Medewi y Wayan y Greig en Amed. Gracias a ellos disfrute de Bali y aprendí un montón.
Y de Bali, el primer lugar que pisaba en Oceanía, mi primer cambio de hemisferio, volví a saltar a Malasia, y casi sin querer me vi atrapado 7 dias en Kuala Lumpur. Todo por culpa, de nuevo, de Nacho y Sebastian… vale, y yo que me dejo.
Y el homenaje cinéfilo es, esta vez, una escena que podría estar sacada de cualquiera de las pelis de surf para adolescentes que tanto nos fliparon en su momento, la ola no es gran cosa y no se aprecia casi nada, pero el guión y los diálogos no tiene nada que envidiar a cualquier guión de las mas afamadas películas surferas.
Medewi, le llaman el gran Martes de Dios… o algo así: