Visitando las Piramides de Gizeh en El Cairo como una «Rock&Roll Star» – Egipto

Keops, Kefrén y Micerinos...

No se ni como empezar este post, solo viendo las fotos vuelvo a recrear las sensaciones que tuve allí, en ese lugar mágico en el que puedes sentir que viajas miles de años en el tiempo para situarte en momentos perdidos de la historia.
Cuando llegué a Gizeh fue como si el corazón se me encogiese y me hiciese sentir pequeño (si, grande no soy, ya lo se :p) ante una de las mayores obras creadas por el ser humano, no solo por su magnitud, sobre todo porque 4000 años después de que empezasen a construirlas no acaba de quedar claro como pudieron hacerlo, como fueron capaces de semejante creación con los instrumentos de los que disponían.
Alejado de ellas, perdido en el contemplándolas a lo lejos los pensamientos viajan y se entrecruzan, como si el cerebro necesitase entenderlo todo para poder disfrutarlo. Tarde un buen rato en ser consciente de que no hace falta entender todo para poder disfrutarlo porque las respuestas a las preguntas que nos hacemos tal vez no existan o nunca lleguemos a tenerlas.

La gran Esfinge

Los nervios comenzaron el día antes, leyendo sobre ellas y buscando la mejor forma de llegar sin ser timado por conductores y guias, fue más fácil de lo que pensaba, solo tuve que ir a la estación de buses de Tahrir y tomar el primer autobús «to the piramids» justo en frente del Hotel Ramsés Hilton. En un momento dado, mientras avanzaba absorto en mis pensamientos el conductor paró y me dijo: «the piramids», y al fondo, a lo lejos, entre los edificios, pude adivinar como sobresalían los picos de estos mastodontes de piedra. Ahí empezó todo y se acabaron los nervios, las tenía delante mía.
Caminé los 800 metros que me separaban de la entrada esquivando supuestos guías que intentan convencerte de que la entrada es por otro sitio, llegué a la puerta, compré la entrada (100 libras egipcias) solo para la explanada y preferí esperar para decidir si entraría en alguna, tanto por precio como por el tiempo que quería dedicarle a las vistas exteriores.
Una vez dentro te siguen pidiendo el ticket timadores de todo tipo intentando hacer creer que forman parte de la organización, es todo falso, no necesitas guía, no tienes que darle tu ticket a nadie aunque los mismos policías turísticos se hagan los despistados mientras intentan timarte… luego toca una pequeña lucha con los dueños de camellos y caballos hasta que consigues abstraerte de todo y disfrutar del lugar donde te encuentras. No es fácil que estos «pesados» te dejen en paz, sobre todo cuando no tienen suficientes a los que dar la plasta.

You wanna ride?? :p

A mi lo más que me sacaron fue un boli, no pensaba pagar por nada y menos por las fotos.
Caminé durante horas recorriendo la necrópolis, disfrutando como podía de aquella maravilla, disfrutando de Keops, de Kefrén y Micerinos, intentando entender como aquellos faraones, aquellos «simples hombres» decidieron embarcarse en unas obras de tal envergadura dispuestos a morir antes de ver terminadas sus propias tumbas, sus obras magnas.

En la busca

FishEyePiramid

Una de las cosas que las hacen incluso más atractivas es la situación en la que están enclavadas, en medio del desierto, y otra es la situación en la que El fue enclavada, al lado de las pirámides. Las vistas de la ciudad desde la explanada aumenta el sobrecogimiento que produce todo aquello dotando al momento de mucha más magia.

Gizeh...

Gizeh...

Detalle
Y luego los detalles, puedes ver el lugar en una visión panorámica y sobrecogedora pero acercarte a ver y tocar las piedras con las que las construyeron, las uniones de las mismas, provoca la mayor sensación de involución del género humano que nunca he experimentado, ¿como pudieron hacer aquello hace 4000 años?, ¿como consiguieron esas uniones?, ¿esas juntas?, ¿llegaremos alguna vez a poder hacer algo semejante?.

No quise pagar un guía, aunque creo que tampoco hubiese resuelto mis dudas, principalmente porque estando solo me salía demasiado caro, pero creo que en un en grupo puede ser algo bastante interesante, me falto alguien a quien contar todas las preguntas que no paraban de brotar en mi cabeza.

Detalle...

Y en referencia al título del post, antes he dicho que estuve: «disfrutando como podía«, y es porque durante esos días y debido a las revueltas el turismo era escaso… el turismo occidental quiero decir. Llegue temprano y estaba casi solo pero poco a poco la explanada se fue llenando de turistas… árabes, y es la razón por la que de pronto me vi convertido en una «Rock&Roll Star«.
Ya me estaba ocurriendo en en los días anteriores, a los egipcios les llamaba mucho la atención mi aspecto, supongo que las rastas, los pendientes, tatuajes… y me paraban por la calle, me tocaban el pelo, además del «Wellcome to Egipt» continuo no paraba de escuchar risas, sentir miradas de curiosidad pero fue en las pirámides, donde ellos también eras turistas, cuando decidideron soltarse y mostrarme abiertamente su curiosidad… y esto fue parándome cada 20 pasos para preguntarme si podían hacerse una foto conmigo, o estar un rato a mi lado, presentarme a sus amigos, a su familia… creo que pude hacerme fotos con más de 100 personas esa mañana, no podía sentarme a comer sin que alguien viniese a decirme algo, ya no camelleros, TODO EL MUNDO.

Loquillo cantaba aquello de: «Uhu, uhu, uhu, nena, voy a ser una «r'n'r star«… y yo puedo decir que lo fui, al menos por un día. Aquí pongo algunas de las fotos que yo también me tomé con ellos, que luego dice Clara que no salgo en el blog, estas van para ella 😉 .

RockStar...

RockStar...

Tuve momentos de bastante agobio escuchando a gritos el nombre de «Marco» allá por donde pasaba, y diréis… ¿Marco?, si, es que cuando me preguntaban el nombre y decía Pak me miraban con cara rara, entonces decía «Paco» y al momento todos decían «ah, Marco, OK, nice hair!!«… y así me quedé con este nuevo nombre de artista, en Gizeh soy Marco, el Rock&Roll Star…

Hubo un momento bajando a ver la gran Esfinge en el que más de 20 niños me rodeaban al grito de: ¡Marco sora!, ¡Marco sora!, ¡Marco sora!… (sora significa foto en árabe)… y yo corriendo como alma que lleva el diablo hasta que de vez en cuando algún señor de buena voluntad les pegaba un berrido en arabe, algo que debía significar: «Niños, ¡copón!, ¡¡dejad al guiri en paz!!«, y así conseguía algunos momentos de calma, pero de esa calma que precede a la tormenta.

RockStar...

Y cuando no pude más decidí marchar para visitar el de El Cairo, y me acompañaron los 20 minutos de caminata hasta el autobús continuando con su cantinela de «Marco sora«… que le vamos a hacer.

En la ciudad....

Al final llegué al museo y me encontré con lo mismo, masas de turistas egipcios esperando para entrar y mirando curiosos mis pintas, no me atreví esta vez y decidí que volvería a El Cairo y a para ver todo lo que me faltaba de ese gran país, que 4 días no son muchos y prefiero hacer las cosas sin prisas. Eso si, vuelvo sin rastas, me quito los pendientes y me tapo los tatuajes, a ver si puedo pasar desapercibido, vamos, como cualquier otro turista y no como la estrella del Rock que fui durante mis 4 días en El Cairo.
De camino a casa paré un momento en la plaza que fue símbolo de la revolución del país, Midan Tahrir, la que inspiró la Acampada Sol, la de Wall Street y extendió por el mundo un aire de que el cambio es posible, de que los pueblos somos los que tenemos que gobernarnos sin supeditarnos a jefes militares, políticos, reyes o faraones… que las pirámides las construyeron hombres libres y no esclavos, por eso han llegado a ser lo que son, la única maravilla del mundo antiguo que sigue en pie… a ver si como hombres libres, como mujeres libres, conseguimos construir una democracia verdadera en el mundo, no supeditada a los faraones que gobiernan nuestros países y manejan nuestros bancos, esa será la única manera de que esa otra maravilla del hombre (la democracia) se mantenga en pie por miles de años.

Midan Tahrir... la plaza de la revolución.

Otra que va para Clara, yo con la plaza Tahrir de fondo poco antes del .

 >> El set completo con las fotos de las pirámides <<

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