Hoy he cumplido uno de esos sueños de niño que el tiempo casi acaba relegando al olvido, uno de esos sueños literarios de hazañas y viajes, uno de esos sueños que nos permiten avanzar volando por el mundo… y tengo que decir que, al contrario de lo que suele pasar con estas cosas, ha superado mis espectativas.
La sensación es increíble, el silencio es total allí arriba, el viento no suena porque es el mismo Eolo quien te empuja y el mundo parece quedarse detenido esperando que te fijes en él para continuar su rutina.
El vuelo en globo sobre Haro ha sido parte del minubetrip por La Rioja que empezamos el viernes y que está siendo una pasada. El equipazo de altura que podéis ver en la foto son Ignacio, Lala, Castresana, Jimmy e Iván, un grupo inolvidable, sobre todo porque no creo que me olvide jamás de este día y porque han sido un elemento (5 en este caso) fundamental para que la experiencia haya sido tan divertida.
Pero esto no se ha terminado, seguiremos en La Rioja hasta mañana, tiempo suficiente para comprobar que mi capacidad para beber vino es aún mayor de lo que pensaba y para ver si encuentro agua, que llevo aquí casi 3 días y ya no recuerdo lo que era.