El título del post no es por tirarme el rollo con que llegamos a ninguna parte secreta e inexplorada de la Gran Muralla, es mayormente porque el tour que nos llevó a ella se llama así: Ancient-Secret Wall Tour.
No teníamos muy claro que hacer con la Muralla, hay un montón de opciones tanto a nivel «como ir» como opciones para el «donde ir«. Hay partes más turísticas, otras menos, hay partes restauradas, hay partes que se mantienen tal y como las construyeron hace más de 2.000 años… vamos, una oferta inacabable.
La opción que iba ganando era Simatai y tal vez el paseo a o desde Jinshanling, hacerlo por nuestra cuenta en transporte público y comer unos sángüiches que nos llevásemos, vamos, la opción barata. Hasta que preguntando una cosa en la recepción de Leo Hostel vi el cartel de un tour y se lo propuse al grupo. No sonaba mal, prometían un tour sin tiendas, sin vendedores y sin masificaciones a una parte «secreta» y con tramos no restaurados de la Muralla. El autobús nos recogía a la salida del hutong y nos dejaba a la vuelta e incluía el transporte, comida, entradas o «impuestos revolucionarios» y un guía con el que empezar el recorrido y que contaba las cosas básicas, todo por 240 yuanes (28 euros) después de un poco de regateo. A la manada le pareció bien por mayoría absoluta y como moverse en un grupo de 11 en transporte público en una ciudad como Beijing no es algo, digamos, sencillo… acabamos reservando el tour a una parte «secreta» de la Gran Muralla China sin tener muy claro lo que nos encontraríamos en realidad.
Y lo que nos encontramos, además del atascazo habitual para salir de Beijing, fue lo que nos prometieron (con la apreciación de la subjetividad del termino «secreta» a esta parte de la Muralla).
Nada más llegar al parking ya nos sorprendió verlo vacío y mirando las torres en lontananza no se apreciaba casi la presencia de otras personas. Esto es un factor muy determinante en el país más poblado del mundo. Ya he comentado en anteriores post que la masificación es una constante en China y disfrutar de un lugar sin cientos de personas a tu alrededor proporciona una sensación de felicidad que se agradece de manera que solo puede imaginar quien lo ha sufrido.
El guía nos explicó unas cuantas cosas básicas que ya están en wikipedia o en cualquier guía de viaje, nos confirmó que no se puede ver desde el espacio (siento derribar el mito), que no es totalmente continua sino que los 6.000 km que la forman son la unión de partes construidas con barreras naturales como montañas o ríos y que justo la torre en la que empezábamos fue desde la que se empezó a construir la Muralla en la parte china, que las del otro lado estaban en la parte mongola. Así mola más.
Quedamos con el guía un par de horas más tarde «en la puerta«, nos hicieron prometer que no abandonaríamos el camino de baldosas amarillas y nos soltaron para descubrir por nuestra cuenta esta nueva maravilla del mundo moderno que además es Patrimonio de la Humanidad.
Tengo que decir que fue una de las mejores experiencias que tuve en China. La Muralla es espectacular, una obra verdaderamente increíble que ni te planteas el tiempo que pudo llevar construirla y además no había mucha más gente que nosotros. Nos pusimos a caminar y después de un par de torres y un par de cuestas decidimos parar para hacer unas fotos y unos vuelos en un sito con unas vistas espectaculares y de allí nos movimos poco más.
Estuvimos haciendo fotos de todo tipo en un rato de lo más divertido, posando para las fotos de los 4 chinos que pasaron, charlando, riendo y disfrutando del paisaje y la tranquilidad que se respiraba.
A la hora estipulada estábamos todos en la «puerta» y nos llevaron al restaurante donde nos sirvieron una comida algo básica y de ahí directos de nuevo al atasco de Beijing. La tarde la pasamos entregados haciendo «nuestras labores» y por la noche cenamos en un hutong cercano. Nos comimos una especie de barbacoa china y celebramos el cumpleaños de Alba (que fue el día antes pero se nos pasó un poco :/ ).
A pesar de no ser demasiado partidario de hacer tours disfruté con este de uno de esos lugares que más llevaba mitificados de casa. Era el mayor aliciente en Beijing, por suerte me pareció mejor aún que la idea preconcebida que tenía y acabó quedando como uno de los recuerdos más especiales de este viaje. Aunque bien es cierto que no ha tenido pocos.
Foto de equipo en la muralla con la bandera de Paso del Noroeste.
La parte a la que nos llevaron no acabo de tener claro cual es, según los carteles se llama Badaling Ancient Great Wall Scenic Area pero no tiene nada que ver con la famosa y masificada parte de Badaling. Al parecer se encuentra a 10 km al suroeste de este punto, pero no puedo dar muchos más datos para hacerlo sin tours porque me fijé y no tenía pinta de llegar mucho transporte público hasta allí..