Llegamos a Shwe Nyaung a las 5 am procedentes de Mandalay, la idea no era ir a este pueblo pero es el cruce donde te dejan los autobuses para ir al punto neurálgico desde el que visitar el lago Inle: Nyaung Shwe. Dicen que el orden de los factores no altera el producto, en este caso si, los dos pueblos tienen el mismo nombre con distinto orden de las palabras que lo forman, una de las tantas curiosidades birmanas, pero importante si quieres alojarte lejos o muy lejos del lago :p .
Y como los «taxis» nos pedían una pasta (mucho más de lo que valen), decidimos tomar un café con porras (¿?¿?) en el bar más cercano y esperar a que empezasen a funcionar las pick-up, que son solo 1000 kyats. Entre porra y porra apareció un taxi que llegaba para dejar a un pasajero y resulto ser el dueño del Gipsy Inn… que accedió a llevarnos por el módico precio de 2000 kyats (éramos 2) a cambio de alojarnos en su hotel. El nombre se ve que lo puso adrede porque el colega es un un buen «pesetero» que no busca mucho más que los dólares que te pueda sacar.
Lo mejor del lugar es que allí me reencontré con Ernes casi 4 años después de habernos conocido en Bangkok… ambos sabíamos que andábamos por Myanmar pero no donde coincidiríamos. Aunque más curioso fue el encuentro con Itsaso y Jon, de casualidad en un cibercafé en Mandalay, también 4 años después de nuestro primer encuentro en laos… y ellos andaban recorriendo el país en bici, me dejaron babeando con sus historias.
En Inle no hicimos demasiado, cuando estuve en 2008 ya recorrí la zona a fondo y esta vez sólo buscábamos investigar sobre la vida en el lago, tanto de familias locales como de los pescadores. Fue un poco frustrante por la gran barrera del idioma unida a un traductor que se empeñaba en responder él a las preguntas en vez de transmitirlas a los locales… pero bueno, es Myanmar.
Esta vez nos negamos a todas las «floating» tiendas y «floating» atracciones turísticas buscando algo más auténtico… ardua tarea que además me provocó un punto de decepción al acercarnos a unos pescadores y que empezasen a «posar para la foto«, sobre todo porque lo que yo andaba haciendo por Myanamar era vídeo y que aparezca un tipo como congelado sobre una barca queda bastante raro.
La situación se tornó curiosa, de pronto las 4 o 5 barcas que «hacían como que pescaban» se acercaron a nosotros con caras sonrientes y un resorte en la mano… a mi me llamó la atención que 10 minutos antes habíamos estado tomando algunas imágenes a los pescadores que veis en las fotos que ilustran este post y ni siquiera nos miraron.
Pensando en ello vi que estos nuevos pescadores no paraban de sobreactuar los movimientos y que en realidad… no estaban pescando, entonces le comenté al guia si esta gente pescaba de verdad o estaban allí para el turista, su respuesta fue agachar la cabeza y decirme que lo sentía, yo respondí que no pasaba nada, pero que me parecía una pena que un oficio tan bonito se perdiese en el lago por pasar a ser actores de una farsa algo más rentable.
Entiendo que un pescador gana unos 3000 kyats al día pescando, esto son algo menos de 4$, y que poniendo la mano al turista puede sacar ese dinero en 2 barcas de «propineros compulsivos«, esos que pagan por cada foto, pero como le comenté al guía, llegará el momento en el que no queden pescadores de verdad y los vecinos de la zona tengan que importar el pescado o comprarlo a los pocos que queden a un precio mucho más alto… y como baje el turismo lo llevan claro. Pero bueno, el pan para hoy hambre para mañana es un dicho que cuesta hacer entender a esta gente, y más cuando ven decenas de turistas que cada día les pagan por navegar sobre una pierna con una pose bonita.
El mayor encanto de Inle ha pasado a ser también una atracción, como está sucediendo con «demasiadas» cosas en Myanmar, y eso que es uno de los países de sudeste asiático con menos cantidad de turismo, no me quiero imaginar como va ser cuando abran fronteras y quiten limitaciones… si es que alguna vez la «junta civil» actúa en función a como habla.
El encanto que os comentaba es un lago precioso con unos canales que crean reflejos increíbles y unos pescadores que han aprendido a remar con la pierna. La razón de este último dato: los músculos de las piernas tienen bastante más fuerza que los de los brazos y consigues unos movimientos muchos más rápidos y explosivos. ¿Y por qué solo lo hacen en este lago y no en todo el mundo?, por la quietud y tranquilidad de unas aguas que permiten mantenerse en equilibrio sobre una sola pierna. Intenta algo así en el mar con las olas… aunque bueno, yo tampoco lo intentaría en Inle si no quisiese verme cayendo al agua.
Por último comentar que en el Gipsy Inn solo nos alojamos la primera noche, la segunda volví a mi hogar en Nyaung Shwe, el Remember Inn, ya me había alojado allí en 2008 y mi primera pregunta al ver a Niti (el dueño) fue respondida con una sonrisa de oreja a oreja. Por supuesto la pregunta fue: Do you remember me?.
Es un gustazo estar en este hostal tan tranquilo y acogedor, y más que te recuerden, aunque gran parte de la culpa la tuvo Ele, ya que hace un par de veranos le llevó alguna de las fotos que le hice en mi anterior visita y eso siempre ayuda.
Nos bajó de 10$ por habitación con desayuno a 8$ y se instauró el spanish price, al que luego se acogió Ernes sin dudarlo.
Si vas para allá no te cortes en decir que me conoces (Pak, the spanish guy with dreadlocks) que seguro te hacen el descuento correspondiente, aquí dejo los datos del lugar:
Remember Inn / Haw Street, Nandawon / Quarter /Nyanung Shwe
Telefono: 00.95.81.29257 y 00.95.81.29258
A pesar de los malos momentos que pasó el país y algún incidente con el edificio principal (incendio) han conseguido salir adelante y ahora es el doble de grande de lo que yo conocí, pero es que no me extraña, el trato que dan a los huéspedes es de los mejores que he visto en mis viajes, y más que personal del hostal llegan a parecer amigos.