Koh Tao es una pequeña isla de 21 km cuadrados situada en el Golfo de Tailandia. Tiene un clima bastante benevolente y el monzón azota poquito durante los meses de noviembre a enero. Un verdadero paraíso que no llega a los niveles de turismo de la zona del Mar de Andamán pero que tampoco es la panacea de la tranquilidad, todo sea dicho. Aunque si te sabes mover puedes encontrar lugares de esos que te dejan con la boca abierta para poder contemplar atardeceres espectaculares en total soledad.
La característica principal de esta isla es que es el lugar del mundo más barato para certificarte como buceador, ya sea PADI o SSI. Los centros tienen unas ofertas brutales y la cantidad de buzos y futuros buceadores que desembarcan en sus costas es abrumadora. Por suerte para los que no practican esta disciplina la mayoría de la gente no para de echar burbujas y el resto de opciones para hacer no suele estar masificado.
En los 2 meses que estuve por la isla tuve tiempo de hacer casi de todo, aquí van algunas de las cosas que hice además de bucear:
– Practicar o aprender escalada en bloke (Boulder)
El bloke (boulder) es una disciplina de la escalada que comenzó como una parte de los entrenamientos de esta y que poco a poco se ha ido haciendo más popular por si misma. Lo único que se necesita son pies de gato, magnesio y un crash pad (colchoneta dura) para amortiguar la caída.
Koh Tao tiene bastantes sectores para hacer bloke pero uno de los que más me gusta es Secret Garden, con blokes de muchos niveles, palmeras, césped y sombra por la tarde. ¿Que más se puede pedir?.
Aquí estoy sujetándome con el dedo de saludar al gobierno (como me dijo Andrés).
Empecé utilizando los crash pad que alquila IHASIA junto con el magnesio (también alquilan pies de gato) y acabé dando clases como instructor de bloke para ellos. Fue una experiencia divertida que no descarto se repita tal y como andan las cosas por Españistán.
Además de la escalada IHASIA ofrece otras actividades para los no buceadores como kayaking, freediving o viajes de snorkel, y si escribes al Brujo de mi parte te hacen un 5% de descuento: info@ihasiadivingkohtao.com.
– Snorkel con tortugas y tiburones en Shark Bay
No hace falta ser buzo para practicar snorkel, es solo respirar por un tubo y las sensaciones de las que puedes disfrutar son increíbles. En Shark Bay poco antes de la caída del sol es fácil coincidir nadando con tortugas verdes como la de la foto o tiburones punta negra. Los escualos son pequeños y huidizos, difíciles de fotografiar pero no tanto de ver. Estos son tiburones de arrecife totalmente inofensivos.
En el vídeo se ve como sube a respirar, sin miedo ninguno, acostumbrada ya totalmente a nadar con humanos. Eso si, no hay que tocarla ni agobiarla demasiado, un ratito y que siga comiéndose el coral la anciana gigante.
El la foto se puede observar el tamaño del bicho.
– Muay Thai o el arte de pegar «hostias como panes»
En la zona de Chalok Baan Kao se encuentra el Muay Thai Gym Koh Tao, o lo que es lo mismo, el gimnasio de la Yoli: un centro de entrenamiento y aprendizaje del arte del Muay Thai, Muay Boran y fitness. Las clases son en español o inglés y mola hacer una pequeña introducción al deporte nacional de Tailandia ya que estás allí. Porque irse de vacaciones no significa descuidar el cuerpo.
Yo no me atreví a probar las «patadas voladoras» de Yoli aunque si intenté conocer algo de esta técnica deportiva y sus rituales. Nunca está de más saber defenderse y siempre mola mucho aprender a dar «hostias como panes«.
Aunque las «hostias como panes» se le den a los sacos el día de la inauguración. En la foto de abajo el Pisha dando un golpe muy Bud Spencer… menudo estilazo.
– Turismo en toda regla: monumentos, templos y miradores
Monumentos, lo que se dice monumentos… pueden ser las suecas que toman el sol en la playa de Sairee Beach o puede ser el Esqueleto de Ballena que hay en un hotel de la punta norte de la isla. El camino es bonito y se descubren cosas nuevas. Las vistas desde el lugar no son malas y una parada refrescante para un zumo siempre se agradece.
Respecto a la parte más mística de la isla, los templos y las tradiciones budistas… tengo que decir que en Koh Tao brillan bastante por su ausencia. Hay un templo Budista Thai cerca del puerto de Mae Hat pero el lugar que me resultó más curioso fue la Pagoda Birmana que hay en el interior, es sencillo localizarla en el centro en cualquier mapa de la isla.
En Koh Tao hay un gran número de inmigrantes birmanos, la mayoría de la gente que trabaja en el sector servicios de la isla lo son, casi toda la población trabajadora no cualificada… y claro, han construido sus propios templos. Yo no sabía que era birmano hasta que una vez arriba me fijé que las inscripciones no estaban en tailandés, estaban en birmano y cuando pregunté a la gente que había por allí me lo confirmaron.
Es una pequeña pagoda en lo alto de una colina. Un lugar bonito que permite salir del ajetreo de turistas que recorren la isla. Es como volver a entrar en Asia… desde dentro de Asia. Curiosa paradoja.
Miradores. Una palabra fundamental en Koh Tao… junto con moto, otra palabra fundamental para poder llegar a ellos. Sin duda alguna la moto es el vehículo casi imprescindible en la isla. Los taxis son caros y las distancias no son tan pequeñas como para poder abarcar mucho en poco tiempo. El coste de alquilar una moto no es alto y con tiempo se abarata. Yo alquilaba una de 125 c.c., semiautomática, por 50 euros al mes y hubo pocas cosas que me compensaron tanto.
Hay docenas de miradores marcados en los mapas pero lo mejor es preguntar a la gente, conocer a alguien que lleve tiempo allí y te cuente sus secretos. Los secretos desde donde contemplar la isla como la tortuga de la que toma el nombre (primera foto del post), o desde donde poder ver como el sol del atardecer tiñe de naranja la pequeña Shark Island.
Lugares desde donde contemplar Koh Pha Ngan en lontananza y ver atardeceres de esos que no se olvidan.
Lugares de los que me prohibieron desvelar la ubicación pero que no son difíciles de encontrar si de verdad sabes buscar.
– Playas, playas y más playas
Otra de las características de Koh Tao son unas playas espectaculares. En las fotos podéis ver la de Chalok Baan Kao, donde se encuentra IHASIA (allí pasé una gran parte de mi tiempo en la isla). Es una de las playas con mejor ambiente.
Pero además de esta mis preferidas son Aow Leuk, en la parte oeste y la playa del Banana Rock (Sai Nuan Beach) en la otra parte de la isla. La primera para darse unos baños y pasar el rato sin alejarse demasiado de la civilización y la segunda para huir de todo y ver el atardecer en un lugar precioso.
No tengo fotos de las otras playas por mi manía de no llevar la cámara a la playa si no es exclusivamente para hacer fotos. Nunca llevo la reflex pero tenía una olympus resistente al agua que es la que usaba en estos casos y murió justo en Koh Tao.
Vale, en 2 meses no me dio ni un día por ir solo a hacer fotos peroooo… que es que el agua es tan azulita y hacía tanto calor que siempre sabía que me acabaría bañando. Y nada, que si queréis verlas os toca ir :p .
– Pasar de todo y leer en una hamaca
Para esto Koh Tao también es el lugar perfecto, una buena sombra y a leer mientras las olas del mar golpean las rocas con suavidad. Me terminé unos cuantos libros en los 2 meses que estuve por allí, el último recuerdo que fue «Desde donde estoy veo la luna» de Maud Lethielleux. Será que veía la luna más que el sol. Por eso de…
– Irse de fiesta con personajes curiosos
Hay multitud de posibilidades de encontrar a tu avatar en una noche de fiesta por Koh Tao a base de Chang Beer y Sang Som. En el Moov eran memorables las noches que amenizaban Osvaldo Wilson y Alfredo Solano. Aquello si eran fiestas de disfraces, incluso hubo un Soul Train Line 🙂 .
También recuerdo que era difícil resistirse a un ratito en The Castle aguantando «chunda-chunda» para ver a los animales más nocturnos de la isla.
Koh Tao es un mundo de posibilidades incluso para los que no bucean. También se puede mezclar, yo lo hice todo, eso si, nunca en el mismo día y nunca mezcles una sesión de Osvaldo Wilson con un buceo de madrugón. Es solo un consejo.