Cardenete desde el castillo | Foto de la semana (Cuenca)

Vistas desde el castillo

Dos años sin pasar es bastante tiempo, da para muchos cambios y para que todo pueda seguir igual.
Diez minutos parecen poco pero son suficiente para sentir que nunca he salido de aquí, para volver a las mismas bromas y recuperar las complicidades.

Lugares comunes de los recuerdos a los que siempre se vuelve y de la misma manera.

Semana Santa en Cardenete es el Pub, la verbena, las procesiones que no salen por la lluvia, el frío, la familia y los reencuentros. Volvemos a lo que somos, volvemos al pueblo.

Se echaba de menos, a ver cuando es la próxima.

La Explanada de las Mezquitas en Jerusalén

Explanada de las Mezquitas

Durante mucho tiempo ha sido el punto neurálgico de la tensión en Jerusalén. En septiembre de 2000 estalló allí la Segunda Intifada tras una provocadora visita de Ariel Sharón. Desde que esta última Intifada terminó la situación trata de normalizarse, dentro lo normal que pueden llegar a ser 15 hectáreas de terreno con una de las concentración más alta de lugares sagrados que se disputan las 3 religiones mayoritarias del planeta.

La relación de este lugar con el judaísmo, el cristianismo y el islam comienza con Abraham, «padre» de estas tres religiones y profeta en cada una de ellas. Según las Sagradas Escrituras fue aquí donde un señor con barba le pidió a Abraham que matase a su hijo pero que al final mejor no y que con un cordero valía. Se debió hacer un poco de lío y luego no se aclaró al contar el mensaje del señor con barba. De ahí que cada uno entendió lo que quiso.

Explanada de las Mezquitas

La tensión del lugar se nota desde que intentas ir a verlo. Los horarios y las vías de entrada están restringidas para los no musulmanes. Se puede visitar la explanada de Sábado a Jueves en horario de 7:30 a 11:00 y de 13:30 a 14:30 por una especie de puente/pasarela de madera que hay junto al Muro de las Lamentaciones. Dos periodos de unas 2 horas en los que puedes perder casi una en los controles del ejército israelí. Que curioso que los únicos sitios en los que hacen controles completos de bolsos y mochilas es a la entrada de los lugares sagrados musulmanes. ¿Lo he dicho o lo he pensado?

La entrada desde la pasarela da al interior de la explanada cerca de la Mezquita de Al-Aqsa. Es la mezquita la más grande de Jerusalén y el tercer lugar más importante para el islam. No pude entrar al no ser musulmán y nadie supo decirme si era posible en algún momento u horario, la respuesta era un gesto con la mano o la negación sonriente (en el mejor de los casos).

Explanada de las Mezquitas

El otro edificio principal de este complejo es la Cúpula de la Roca, que suena muy a Mad Max y la cúpula del trueno pero pregunté y dentro no dejan meter motos.
Desde este lugar Mahoma ascendió al cielo junto al Arcangel San Gabriel según el Corán, Jacob vio la escalera al cielo según los relatos del Génesis o un viaje muy largo de los Zeppelin y también fue el punto donde se puso la primera piedra del mundo según los judíos.

A mi me pareció un edificio muy bonito al que tampoco me dejaron entrar.

Explanada de las Mezquitas

Explanada de las Mezquitas

Al final como no me dejaban entrar en ningún lado me dediqué a observar a la gente y pasear.

Explanada de las Mezquitas

Explanada de las Mezquitas

Explanada de las Mezquitas

En un momento dado me senté en aquel lugar tan trascendental y empecé a divagar. Pensaba en la historia del mundo a través de la religiones, pensaba en el universo, en la levedad de la existencia y cuando estaba a punto de resolver algunas dudas fundamentales sobre el misterio de la vida y la muerte… se acabaron las 2 horas que dejan estar dentro y me tuve que ir.

Explanada de las Mezquitas

Al salir del complejo sentí que me había quedado con ganas de un poco más y me subí al Monte de los Olivos para ver la Explanada de las Mezquitas en lontananza.
El camino es entretenido, las vistas de la Ciudad Vieja desde allí son inmejorables y las visiones que aparecen confunden cuando intentan contar por si mismas una historia terjiversada de la que quieren ser juez y parte.

Explanada de las Mezquitas desde el Monte de los Olivos

Explanada de las Mezquitas desde el Monte de los Olivos

Explanada de las Mezquitas desde el Monte de los Olivos

Las 15 hectáreas de la discordia; la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.

>> Todas las fotos del set de Palestina en Flickr <<

Un ruta en blanco y negro por París (Francia)

Notre Dame

Hay ciudades en el mundo que a medida que avanza la historia pasan a un plano superior al del resto de sus «iguales«. De alguna extraña manera toman forma en si mismas, dejan de ser urbes para transformarse en una especie de entes «autónomos«, de pequeñas ciudades-estado de idiosincrasia y personalidad propias.
Sus habitantes las hacen suyas y las magnifican con pequeños gestos cuando están fuera. En el más remoto rincón del mundo ellos no son de Inglaterra, USA o  Francia… al típico where are you from? responden directamente con un London; New York; Paris; y se quedan tan frescos. Se lo pueden permitir.

De entre ellas UNA parece tener algo más especial que el resto… o eso, o que está en Francia y los franceses son muy así. Si, hablo de París, la ciudad de las luces, del amor, de la bohemia, de las baguettes, de las cervezas a 7 pavos y de los menús más caros que he visto en mi vida.
Menos mal que para disfrutar de las vistas mientras caminas por sus calles no te cobran… al menos por ahora.

Tour Eiffel

París fue el primer destino que pisé fuera de España, nos llevaron mis padres a Eurodisney cuando mi hermano y yo eramos pequeños y aprovechamos para visitar la ciudad (como no). Era principios de los 90 y aquello no tenía nada que ver con lo que había visto antes, no nos engañemos, en Hortaleza todavía estábamos a años luz de aquel lugar.
Todo era gigante, hablaban raro, vestían diferente y estaba… llena de negros. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces a España aún no había llegado el «boom» de la inmigración y los únicos restaurantes internacionales que había en Hortaleza eran chinos. Los inmigrantes que teníamos eran extremeños, manchegos (como mis padres)… que venían a buscarse la vida en la ciudad, o en lo que yo pensaba que era una ciudad, hasta que llegué a París.

Tomando el sol...

Aquello si que es una ciudad. Cosmopolita, moderna, cultural… Te pones a patear, a recorrer sus calles, y no se acaba nunca, pero lo mejor, no se acaban sus atractivos. Si añades notas a la lista de «imperdibles» tal vez esta tienda a infinito.

Te puedes pillar un apartamento para un mes (All-Paris-apartments) y te seguirá faltando tiempo. Digo apartamento por eso de poder cocinar en un momento dado, algo que agradecerás cada vez que abras la carta de un restaurante parisino.

Sacré Cœur

A París volví otras 2 veces y entre estas 3 visitas he acabado creando la selección de mis «imperdibles«. Intentando que esta lista no tienda a infinito voy citar aquí, sin tener que irme demasiado lejos, los que aparecen en las fotos de este post:

1 – Catedral de Notre Dame. La Catedral.

2 – Tour Eiffel. La segunda vez que estuve la subí corriendo hasta el segundo piso. Casi perdemos el hígado en los cerca de 10 minutos de subida por las escaleras… eramos jóvenes y valientes.

3 – Basílica del Sacré Cœur y la plaza de los pintores que hay en la misma colina.

4 – Cementerio del Père-Lachaise, el lugar donde se encuentras las tumbas de numerosas celebridades como Balzac, Marcel Camus, María Callas, Chopin, Molière o Jim Morrison.

Cementerio del Père-Lachaise

5 – Centro Pompidu (Museo de arte moderno). Me gustan bastante las obras de la colección permanente y las imágenes que te encuentras paseando por sus salas.

Centre Pompidou

6 – Museo del Louvre. Es increíble poder disfrutar del retrato de la Mona Lisa durante las milésimas de segundo en las que eres capaz de quitar los codos que te están metiendo en la cara unas 3 o 4 personas a la vez. El resto del museo es una pasada también.

Musée du Louvre

7 – Le Moulin Rouge… no he podido dejar esta foto en blanco y negro como el resto de la ruta, este lugar no sería lo mismo sin el rojo.

Moulin Rouge

8- Aeropuerto Charles De Gaulle. El mejor punto de comienzo y final de un viaje a París que no sea por tierra. Te puedes hacer fotos como las de Bono en «All That You Can’t Leave Behind» y luego irte de merienda-cena a la ONU. Si no eres el cantante de un grupo famoso significará que, al menos, no estás viajando con Ryanair.

Paris-Charles de Gaulle

Una observación de última hora. Solo precisar que las fotos que ilustran este post son de hace casi 11 años, me he dado cuenta porque en flickr aparecen los metadatos de la foto y son, para ser exactos, de Agosto de 2002, cuando aún viajaba como las personas… en vacaciones de 3 semanas.
Una visión de París en blanco y negro, como mis recuerdos de aquellos tiempos pasados (me estoy pasando, ¿no? :p).

Tardes al fresco en Hortaleza | Foto de la semana

Tardes al fresco

La hora de la siesta es sagrada pero los primeros indicios de la primavera son motivo suficiente para sacrificar ese placer por unos rayitos de sol. Son tardes al fresco en Hortaleza.

La foto la hice y edité directamente en el teléfono, un Iphone 3G, para subirla a mi cuenta de Instagram. Para la edición utilizo las aplicaciones Photoshop PS y PICtone en versiones un tanto antiguas, pero es que el teléfono es viejo y con el jailbreak y el custom que le instalé no da para más.
Puede parecer que hablo en chino pero es que casi tuve que aprender mandarín para liberar el cacharro.

Los 3 megapixels de la cámara no dan para mucho pero al menos me entretengo 😉 .

Jerusalén sin los mercaderes – Fotografía (Palestina)

Jerusalén sin mercaderes

El segundo día de la Semana Santa (martes) es él que conmemora que Jesús, según la biblia, expulsó a los mercaderes del Templo de David. Cuatro días más tarde moría crucificado en el Gólgota, y todo ello sin salir de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Durante el día nada de esto parece que hubiese sucedido nunca, a pesar de ser una de las razones por las que masas de peregrinos recorren cada una de las calles de esta ciudad bazar.
Cada bajo es un comercio, cada puerta es una tienda en la ciudad vieja. Souvenirs, dulces, comida, ropas, cacharros y objetos de todo tipo se compran y venden sin cesar. Me llegó a parecer estresante, me costaba caminar entre tanta gente, disfrutar de los paseos, casi no conseguía escuchar mis pensamientos.

Jerusalén sin mercaderes

Pero al caer la noche la ciudad empieza a transformarse. Las persianas se bajan, las puertas se cierran y la paz se hace con las callejuelas. El tumulto se transforma en personas, el ruido pasa a ser murmullo y los empujones dejan paso al espacio.

Pasear por las calles de la Ciudad Vieja durante la noche era uno de los momentos preferidos de mis «días«. Antes de las nueve ya empezaba a parecer un pueblo fantasma, una ciudad sin vida y menos de una hora más tarde solo quedaba soledad y abandono.

Jerusalén sin mercaderes

Si durante el día los sentimientos se encuentran como trenes que avanzan en sentido contrario, por las noches esos sentimientos siguen como vagones a una única locomotora. Sobre ellos aparecen pintadas las palabras desamparo, encierro, destierro, melancolía, nostalgia, añoranza, tristeza y tantos otros sinónimos de una misma sensación. Las calles de la ciudad más vieja del mundo albergan la historia del hombre y sus pecados. Las mismas calles que fueron escenario de la redención del género humano a base del sufrimiento son hoy el escenario de su rendición.

Jerusalén sin mercaderes

Los mercaderes han vencido. Ya solo queda espacio para la imaginación en la noche, el territorio de los desesperados, el momento en que la paz de los desalmados camina sin vergüenza escuchando sus propios pasos contra el empedrado.

Jerusalén sin mercaderes

Cada noche era ritual, esperaba impaciente el momento en que el tungsteno se apoderaba de los colores e iniciaba mi caótico recorrido. Caótico no por gusto, sino porque todas las calles parecen iguales cuando son tomadas por el vacío.
Caminaba sin rumbo fijo durante horas, observando a la gente, disfrutando de mi momento de tranquilidad antes del volver a la litera del hostal.
No me apetecía cerrar los ojos y volver a despertarme rodeado de mercaderes cuando sabía lo que podía encontrar más allá de todo eso. Más allá de las fachadas adornadas está la historia de las religiones, el principio del mito, el prólogo de la leyenda. Solo hay que saber leer… o dejar que te la cuenten. Como la cuentan las almas que encuentras vagando en el camino. Algunas tampoco siguen un rumbo fijo y tal vez su recorrido caótico te acabe llevando a ellas en más de una ocasión, solo hay que hacer el esfuerzo de escuchar sus historias y quíen sabe si no te ayudarán a encontrar el viaje que buscabas.

Jerusalén sin mercaderes

Jerusalén sin mercaderes

Utilizamos cookies en nuestro sitio web

Por favor, confirma si aceptas nuestras cookies de seguimiento. También puedes rechazar el seguimiento, por lo que puedes seguir visitando nuestro sitio web sin que se envíen datos a servicios de terceros.