Menorca no es solo playa, por supuesto, pero es que me apetecía hacer el contra-post a las Pinceladas de Menorca sin playa que publicó Carmen hace poquito. Además de que quitando un atardecer no había hablado ni mostrado más que sus fondos marinos.
Aquí va una ración de calas y playas, porque fue lo principal que hicimos en esta escapada, una semana entre aguas azules transparentes y baños en un Mediterráneo que en Menorca parece la piscina con las aguas más claras en la que me he bañado.
La primera que visitamos fue Cala Pregonda (foto de arriba). Se encuentra en la zona norte y dentro de una zona protegida de especial interés. Los paisajes de la aproximación son bastante bonitos y no es un camino largo desde donde dejas el coche. Hay varias calas, esta es la tercera, la cuarta se puede observar al fondo de la foto.
Aguas azules turquesa, tranquilidad y «no demasiada» gente. Tiene unos islotes en frente y no está mal para practicar un poco de freediving con fondos de arena al principio y rocosos cerca de los islotes. No baja más de 6-8 a no ser que te alejes bastante.
Otra de las calas que visitamos es un clásico en la isla: Cala Macarella. La foto es desde el camino a la Cala Macarelleta que está al lado y es aún más espectacular si cabe (foto de abajo). Es más pequeñita y si vas temprano está perfecta pero en cuanto avanza el día empiezas a notar algo más de una masificación relativa. Se controla porque cierran el parking y solo permiten entrar a medida que otros salen, razón por la que es conveniente ir bastante pronto.
En Macarelleta el agua toma tonos de un azul más verdoso que en Macarella, la claridad del agua en cuanto te alejas de la playa es espectacular pero no tanto como se podría pensar cuando ves las calas desde arriba. Como tienen mucho barco y personas la arena del fondo se acaba levantando y formando partículas que no permiten unas visibilidades tan espectaculares como hay en otras calas.
En un post anterior ya expliqué que un factor fundamental para encontrarse las calas con aguas claras es el viento. No merece la pena ir a la cala que quieres, merece la pena mirar de donde sopla e ir a una del lado contrario. Si sopla de sur a norte y así.
No lo hicimos ese día por las ganas que teníamos de ver estas preciosas playas y lo pagamos con algo de alga y mucha partícula en las profundidades… comparado con otros días y otras calas, claro. En las fotos ni se aprecia y se ve espectacular pero imaginad como sería un día en el que el viento soplase de sur.
Yo creo que estaría el agua plana sin las formas de movimiento y el snorkel hubiese sido una pasada. Al parecer a la derecha de Macarella hay una zona con algo de profundidad y más vida que cerca de las playas.
Nuestra cala para por las tardes era Cala Morell, pero de ella ya os he hablado y se mereció un post entero sobre sus atardeceres.
Playa Tortuga es de las calas con un acceso menos sencillo, no por la complicación, más bien por la distancia desde el lugar en el que aparcas el coche hasta que te estás bañando. Los parajes son espectaculares, puedes acercarte al Faro de Favàritx y su increíble emplazamiento y caminar el cerca de kilómetro y medio que hay hasta la playa. Ya sea por gusto o porque no tenías claro donde habías quedado con Enric para la sesión de fotos a las coreógrafas holandesas (cosas que pasan en un viaje a Menorca).
Esta zona es el Parque natural de s’Albufera des Grau y solo por ver esta parte del este de la isla merece la pena el paseo. Y por un bañito en sus aguas sin lugar a dudas.
Resulto que la sesión era en Cala Presili, otra que hay al lado, entre el Faro y Playa Tortuga. Ese día reunía las mejores condiciones para la sesión de fotos y allá que nos fuimos… aunque Pablo y yo llegásemos casi un par de horas tarde por eso de no mirar los carteles ni saber donde estábamos yendo.
La última cala que visitamos en Menorca fue La Vall, una de las Platges d’Algaiarens. Como teníamos poco tiempo buscamos una cercana a Ciudadella que tuviese un acceso sencillo. Ni nos molestamos en pasar por las siguientes, al parecer andando llegas a algunas con menos gente e igual o más bonitas.
Con esta preciosidad nos bastaba, unas horas más tarde estaríamos volando hacia Madrid sin muchas ganas de abandonar ese paraíso que es Menorca.