El primer reporte desde China no podía ser otro. Aquí estoy volando sobre la Gran Muralla, uno de esos lugares mágicos, mitificados y famosos en el mundo entero. De forma merecida, todo hay que decirlo.
Es una de las mayores obras realizadas por el ser humano, patrimonio de la humanidad por la UNESCO y nombrada como una de las 7 maravillas del mundo moderno. ¿Se me olvida algo?… si, se me olvida decir que por ahora ha sido lo más impresionante que hemos visto en el viaje, pero sobre todo por la posibilidad que tuvimos de verla casi solos, sin muchos más turistas, sin la masa que todo lo cubre en China. La mejor experiencia en este camino que avanza hacia Tíbet con ganas e ilusión.
Puedo decir que me ha tocado un grupo genial, siempre dispuestos y activos (tal vez demasiado, no se quedan quietos ni un minuto los/as jodíos/as :p) que no para de bromear y aprender en esta aventura que casi acaba de empezar. Nos quedan 16 días y un montón de hueco en la mochila para las anécdotas y lo que encontremos por el camino.
Mañana toca Xian y en 3 días el tren de las nubes hasta Lhasa, donde espero volar de nuevo. Ya tenemos pensada la foto, una vuelta de tuerca a los vuelos de siempre. A ver que queda. Hasta entonces a ver si me da tiempo a escribir algo, aunque no os prometo nada, el tiempo escasea, las conexiones no son demasiado veloces y la censura China complica bastante la interacción… bueno, la complica un poco que siempre hay forma de saltarse las prohibiciones, ¿no?. Para eso las ponen, para entretenernos un rato.