Jerusalén sin los mercaderes – Fotografía (Palestina)

Jerusalén sin mercaderes

El segundo día de la Semana Santa (martes) es él que conmemora que Jesús, según la biblia, expulsó a los mercaderes del Templo de David. Cuatro días más tarde moría crucificado en el Gólgota, y todo ello sin salir de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Durante el día nada de esto parece que hubiese sucedido nunca, a pesar de ser una de las razones por las que masas de peregrinos recorren cada una de las calles de esta ciudad bazar.
Cada bajo es un comercio, cada puerta es una tienda en la ciudad vieja. Souvenirs, dulces, comida, ropas, cacharros y objetos de todo tipo se compran y venden sin cesar. Me llegó a parecer estresante, me costaba caminar entre tanta gente, disfrutar de los paseos, casi no conseguía escuchar mis pensamientos.

Jerusalén sin mercaderes

Pero al caer la noche la ciudad empieza a transformarse. Las persianas se bajan, las puertas se cierran y la paz se hace con las callejuelas. El tumulto se transforma en personas, el ruido pasa a ser murmullo y los empujones dejan paso al espacio.

Pasear por las calles de la Ciudad Vieja durante la noche era uno de los momentos preferidos de mis «días«. Antes de las nueve ya empezaba a parecer un pueblo fantasma, una ciudad sin vida y menos de una hora más tarde solo quedaba soledad y abandono.

Jerusalén sin mercaderes

Si durante el día los sentimientos se encuentran como trenes que avanzan en sentido contrario, por las noches esos sentimientos siguen como vagones a una única locomotora. Sobre ellos aparecen pintadas las palabras desamparo, encierro, destierro, melancolía, nostalgia, añoranza, tristeza y tantos otros sinónimos de una misma sensación. Las calles de la ciudad más vieja del mundo albergan la historia del hombre y sus pecados. Las mismas calles que fueron escenario de la redención del género humano a base del sufrimiento son hoy el escenario de su rendición.

Jerusalén sin mercaderes

Los mercaderes han vencido. Ya solo queda espacio para la imaginación en la noche, el territorio de los desesperados, el momento en que la paz de los desalmados camina sin vergüenza escuchando sus propios pasos contra el empedrado.

Jerusalén sin mercaderes

Cada noche era ritual, esperaba impaciente el momento en que el tungsteno se apoderaba de los colores e iniciaba mi caótico recorrido. Caótico no por gusto, sino porque todas las calles parecen iguales cuando son tomadas por el vacío.
Caminaba sin rumbo fijo durante horas, observando a la gente, disfrutando de mi momento de tranquilidad antes del volver a la litera del hostal.
No me apetecía cerrar los ojos y volver a despertarme rodeado de mercaderes cuando sabía lo que podía encontrar más allá de todo eso. Más allá de las fachadas adornadas está la historia de las religiones, el principio del mito, el prólogo de la leyenda. Solo hay que saber leer… o dejar que te la cuenten. Como la cuentan las almas que encuentras vagando en el camino. Algunas tampoco siguen un rumbo fijo y tal vez su recorrido caótico te acabe llevando a ellas en más de una ocasión, solo hay que hacer el esfuerzo de escuchar sus historias y quíen sabe si no te ayudarán a encontrar el viaje que buscabas.

Jerusalén sin mercaderes

Jerusalén sin mercaderes

Jerusalén «is a Small World»

Jerusalén "is a Small World"

Grupo de turistas asiáticos en el Monte de los Olivos. No parece que hagan mucho caso al guía.

Small World es el título de un libro del fotógrafo británico Martin Parr que se podría definir, según su autor, como: la diferencia entre la realidad y la mitología de un lugar turístico.

Descubrí a este señor gracias a un comentario de Pablo Strubell en el post sobre los turistas en Petra, hace menos de una semana y ya me tiene encandilado. Lo definen como el fotógrafo del turismo, a mi me pareció un documentador del domingueo. Tiene una capacidad especial para elogiar la mediocridad mientras hace de cronista de nuestro tiempo. Muestra la realidad del mundo turístico, las secuelas de la globalización, la desvergüenza del anonimato.

Nos empeñamos en querer ver una visión de los lugares que los idealiza, postales que no terminan de ser reales y Martin Parr lo único que hace es mostrar la realidad, la otra realidad.

Todo esto fue algo que yo sentí en Jerusalén. Me pareció una ciudad mercado, un parque temático de las religiones plagado de peregrinos, turistas, viajer@s, militares, debot@s, curiosos, historiadores y buscadores de historias que caminan sin rumbo fijo guiados por algún tipo de impulso que los lleva a las situaciones más extrañas.
Jerusalén es ese pequeño mundo de Martin Parr donde realidad y mitología se mezclan hasta casi hacerse una.

Jerusalén "is a Small World"

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro en el monte del calvario. Cada uno a lo suyo.

Jerusalén "is a Small World"

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro en el monte del calvario. La piedra donde se lavó el cadáver de Jesús, supongo debe tener propiedades mágicas que permiten bendecir los suvenirs.

Jerusalén "is a Small World"

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro en el monte del calvario. La piedra donde se lavó el cadáver de Jesús. Cada uno a lo suyo.

Jerusalén "is a Small World"

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro en el monte del calvario. La piedra donde se lavó el cadáver de Jesús, pases a la hora que pases siempre encontrarás a alguien bendiciendo sus suvenires y estampitas.

Jerusalén "is a Small World"

Interior de la Basílica del Santo Sepulcro. Esta es la cola para entrar al Santo Sepulcro. Por alguna extraña razón mi fe no fue suficientemente intensa como para permitirme esperar el tiempo necesario y me fui a comer un kebab.

Este post no intenta más que hacer de pequeño homenaje a un fotógrafo que acabo de descubrir y me ha encantado, además, estaba escribiendo un post algo más serio sobre Jerusalén pero es que con el circo de las fumatas se me han quitado las ganas. Mejor reírse.

Habemus más de lo mismo.

¡Gracias Pablo por descubrirme a Martin!

De Amán a Jerusalén por el puente del Rey Hussein (Jordania – Palestina)

Frontera Jordania Palestina

El paso fronterizo del puente del Rey Hussein (King Hussein Bridge), puente de Allenby para los israelíes o Al-Karameh para los palestinos, es uno de los más liosos que nunca he cruzado. Al menos a priori.
La información en general es mala y confusa, nadie puede confirmar si es posible volver a Jordania por ese mismo punto o hay que usar alguno de los otros 2 cruces que tienen. Cuando digo nadie es nadie; ni embajadas, ni ministerios, ni consulados, ni la gente de allí… Lo seguro es que no emiten visados de entrada a Jordania por lo que la entrada directa desde Israel o Palestina no es posible a través de este puente.
Según algunas informaciones se puede cruzar si vas a visitar Jerusalén o Israel durante el periodo que te dura el visado de Jordania y no hay que hacer ningún papeleo. Parece ser que es de un mes (el tiempo que yo estuve) pero tampoco puedo confirmar nada. Yo allí no me enteraba de la misa la media (o del rezo la media o de lo que sea).

Al final como mi vuelo de vuelta a Hortaleza era desde Amán y mi intención era la de visitar únicamente los Territorios Palestinos me encabezoné con entrar y salir por este paso fronterizo. Es el único que une Jordania y Palestina sin cruzar por territorio israelí. Eso si, menos mal que tenía a Israa para ayudarme con el papeleo. Una mañana de ministerios, unos cuantos formularios, unas fotocopias y mucho morro después conseguí un «salvoconducto» que me permitía la vuelta a Jordania por ese lugar.

salvoconducto

No os puedo confirmar que sirvió de algo, ni tan siquiera tengo muy claro lo que pone, solo se que entré y salí de Palestina por el Puente del Rey Hussein sin trabas de ningún tipo. Bueno, las mismas que el resto que quiera intentarlo. Y no son pocas.

Empieza temprano con el bus desde Amán hasta la parte jordana de la frontera (7,5 JD). Ahí se hacen los trámites de salida y son 10 JD.  En este punto pedí que no me pusiesen sello de salida del país.
El sello del Israel en el pasaporte limita a la hora de viajar a otros países árabes de la zona (Líbano, Siria, Libia, Argelia…), el de Jordania no hay problema pero como tenía pensado pedir en la frontera de Israel que tampoco me pusiesen su sello en el pasaporte, lo que no podía tener es un sello de salida de Jordania a ninguna parte y vuelta a entrar. Solo pensando un poco queda claro que es por la visita a Israel y es motivo suficiente para que en las fronteras de sus países «enemigos» no te dejen pasar. Pero si no sellan la salida de Jordania y luego tampoco te sellan la entrada desde Palestina, no consta de ninguna forma esta visita. El sello de salida de Jordania lo obtuve en el aeropuerto y en realidad lo que parece es que he estado 1 mes sólo en ese país.

El periplo fronterizo continua con un autobús que te lleva de la parte jordana de la frontera a la israelí. Son 4 JD más 1,3 por maleta. Llegas a la parte israelí, allí te cogen la maleta y no la ves hasta que sales, si quieres que se den prisa basta con una propina a los maleteros. Entonces empiezan las preguntas y el aburrimiento. Yo tuve suerte, era el último día antes del Yon-Kipur y no debían tener ganas de complicarse la vida. Me preguntaron si llevaba armas, los nombres de mis padres, alguna tontería más y listo, aunque no les hizo gracia que no quisiese su sello en mi pasaporte. Me lo pusieron en otro papel, me cobraron 176 shekels y me devolvieron la maleta.
De ahí la forma más barata de ir hasta Jerusalén es en Sherut, un taxi colectivo que cuesta 38 shekels más 4 por maleta y te deja en Jerusalén Este cerca de la Puerta de Damasco.

Total: 70 eurazos de cruce fronterizo. El más caro que he realizado nunca teniendo en cuenta que para ninguno de estos países nos hace falta visado como ciudadanos europeos. La vuelta es el mismo precio menos la tasa israelí de entrada al país.

A pesar de mi intención de visitar solo Palestina la burocracia hay que realizarla como si se estuviese entrando al Estado de Israel. He leído en internet que están poniendo un nuevo sello en los pasaportes de aquellos que va a estar solo en territorio palestino, esta estampación supone lo mismo que el de Israel para los países que no permiten la entrada con su sello en el pasaporte, con lo que mejor no decir que se va a visitar únicamente Palestina.
Por otro lado, también había leído y oído cienes y cienes de historias sobre los largos interrogatorios y los problemas para entrar o salir de Israel, yo tuve suerte y no sufrí esperas o preguntas, las mismas que siempre que cruzas una frontera, pero ningún trato diferente. Es más lenta, tediosa y cara que la mayoría que había cruzado antes pero no es un problema que no pueda ser superado.

Hasta ahí todo bien, pensaba que ya había pasado lo peor y 12 horas más tarde estaba probando los servicios sanitarios palestinos ingresado en un hospital de Jerusalén Este con un cólico nefrítico.
Y pensar que lo que me preocupaba de ir allí era cruzar la frontera…

Sucesos para-anormales en el Muro de las Lamentaciones (Jerusalem)

Esta semana es el Sukot, una de las más importantes festividades judías… la ciudad de Jerusalem está a reventar, llena hasta los topes con judíos que vienen de todas partes del mundo para vivir su religiosidad.

Ayer, mientras hacía algunas fotos en El Muro de las Lamentaciones ocurrió algo muy extraño, sucesos para-anormales. De pronto casi todos los ortodoxos que había congregados empezaron a bailar la conga como poseídos, yo no daba crédito a lo que veían mis ojos… bueno, tal vez el «anormal» era yo y mi realidad se distorsionó ante tal espectáculo.

No he podido resistirme a mostrar con este vídeo mi percepción… y la realidad… aunque creo que no distan demasiado. Nadie supo explicarme el «porqué», solo me lo justificaban diciendo que el baile es, en muchas culturas, la forma de mostrar la alegría. Debían estar felices pero lo que se dice bailar… bailan raro.

El Sukot acontece después del Yom Kipur y «es la visión profética de la Gran Guerra Postrera, en la que los enemigos de Israel serán vencidos, y luego de la cual sobrevendrán los Tiempos del Mesías, el Reino de Dios en la Tierra, la Paz Universal.«(…) «recuerda la época de travesía del pueblo judío en el desierto de Sinaí al salir de la esclavitud en Egipto. Orden divina de vivir en cabañas durante una semana para sentir vibrar el mundo exterior.» (…)

Yo no he visto cabañas, ni espero una Gran Guerra Postrera… aunque tal vez el señor Netanyahu no opine igual viendo el tremendo peligro de la bomba ACME que el «coyote» está ayudando a fabricar a Irán (según sus declaraciones ante la ONU).
Para comprobar la veracidad de sus declaraciones en esté link podéis ver una imagen que esclarece la filtración.

(*) No es mi intención herir sensibilidades, unicamente mostrar mi visión distorsionada de la realidad, de aquello que me encuentro por el mundo.

Cruzando el muro de la vergüenza (Palestina) / Foto de la semana

Muro de la vergüenza

Esta es una parte del muro ilegal que divide los Territorios Palestinos a su paso por Calandia (un campo de refugiados al lado de Ramallah). La foto es de ayer, me dirigía al Children and Women Club para ver y fotografiar una de las clases de solfeo que la escuela de música Al Kamandjati imparte a los niños refugiados.

Nada más cruzar el check-point que da acceso a la zona me bajé del autobús para llegar caminando hasta el lugar donde había quedado con Oscar (el profesor de solfeo) y poder ver un poco más de este muro y las condiciones de vida en el campo de refugiados.

Las impresiones las detallaré más adelante, la impresión me la llevé al ver este mastodonte de cemento que impide la libre circulación de personas en sus propias tierras.

Llegué con tiempo de sobra y acabé sentado con unos niños palestinos que me ayudaron a buscar el Club, hablando con ellos el corazón se me encogió cuando me preguntaron como era Jerusalem, a pesar de que son solo 6 los kilómetros que separan Calandia de esta histórica ciudad nunca habían tenido la posibilidad de visitarla.
Es la desgracia de nacer en una cárcel, es la «suerte» que les ha tocado vivir y no es algo que les haga perder la sonrisa, estaban encantados de poder pasar un rato conmigo; ese tipo raro que venía desde muy lejos (Esbania) y que no hacía más que preguntarles por su vida.
Supongo que el interés de los demás ayuda a verse como persona, espero que mi interés por ellos les hiciese sentirse importantes. Lo suficiente como para que alguien que no les conoce de nada viaje desde muy lejos solo pasar un rato a su lado.

Por que para esto decidí venir a Palestina, para conocerles a ellos… y a muchos más. Para conocer una gente interesante y amable que para mi (a pesar de lo que diga el mundo), son tan importantes como cualquiera, para mi, son sobre todo PERSONAS, no una cifra más en las páginas de un periódico o cualquier informe de la ONU.

(*) Por si alguien andaba preocupado solo comentar que voy bastante mejor con el cólico nefrítico, no he vuelto a tener otro episodio doloroso, el único problema es que como tengo que beber mucha agua me paso el día buscando un baño… pero eso no me va a dejar parado.

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