Volando en Cartago (Túnez) / Foto de la semana

Volando En Cartago

Cartago fue la mítica capital del Estado Púnico y uno de esos lugares que forman parte de la historia del mundo. Roma intentó destruirla, devastarla, borrarla del recuerdo y casi lo consiguió. La arrasó por completó matando a todos y cada uno de su habitantes, acabando así con la ciudad más rica del Mediterráneo Occidental, la única que podía llegar a plantarle cara.

Cartago es una visita imprescindible en Túnez y uno de esos lugares que solo escuchar su nombre ya incita a la imaginación a volar a través del tiempo. En mi caso me ha incitado a volar a través del espacio.

La foto me la ha hecho esta misma mañana Ainara durante el minubetrip por Túnez, en parte tenía ganas de añadir Túnez en la serie Volando por el mundo y en parte tenía que demostrarle a Laura que las fotos de esta serie NO son a base de photoshop. Lo ha visto con sus propios ojos y creo que ha grabado en vídeo el making of de la foto para que quede constancia que es todo real y que, por supuesto, soy capaz de volar. ¿Acaso alguien lo duda? 😉

Jerash, una ciudad en los confines del Imperio… Romano (Jordania)

Jerash

La ciudad de Jerash, la antigua Gerasa, formó parte de la Decápolis del Imperio Romano, era una de las 10 ciudades que marcaban los confines orientales hasta donde se extendía el poder del emperador. Adriano llegó a visitarla, muestra de ello es el Arco del Triunfo (o de Adriano), que recibe imponente justo antes del hipódromo.
La entrada sobrecoge. No por el precio, que también, por lo que vislumbras que vas a poder observar. El teatro, el cardo, las calzadas, los cientos de columnas, los arcos… Todo ello en muy buen estado (son las ruinas romanas mejor conservadas de Próximo Oriente), aunque sin demasiadas explicaciones o datos a lo largo del recorrido, supongo que para favorecer la contratación de guías.

Jerash

Visitar Jerash no es viajar al pasado, es sentirlo. Sobre la arena del hipódromo podía escuchar los gritos del público, el sonido de las herraduras de los caballos contra el suelo, podía oler el aroma de los pinos y los olivos que aún pueblan esa zona de áridas colinas. Paisajes familiares, paisajes que heredamos en los campos andaluces desde la época del Al-Andalus.
Estas ruinas datan de periodos romanos pero en la zona se han encontrado muestras de asentamientos humanos de hace más de 5000 años.  Jerash es historia en si misma.

El periodo de bonanza duró largo tiempo, pasó del poder romano al persa, luego al omeya, y se mantuvo orgullosa hasta que en el siglo VIII un terremoto la dejó bastante dañada. De ahí todo fue cuesta abajo.

Jerash

Jerash

Jerash

A día de hoy es la segunda atracción (en número de visitantes) de toda Jordania, superada con todo derecho por la impresionante Petra. El esplendor ha regresado a Jerash siglos más tarde en forma de turista occidental, aunque tengo que decir que no sufrí las inclemencias de la multitud, tal vez Septiembre no es su temporada más alta y por ello pude disfrutar de Jerash sin demasiados «estorbos«, y con guía, como en Amman. Gracias a ella (mi guía) descubrí que algunas de las piedras que forman las ruinas emiten un sonido metálico al ser golpeadas por otras piedras. Elucubramos todo lo que pudimos pero no encontramos razón o uso, la razón no la he descubierto, sobre el uso he leído que eran un sistema de alerta para terremotos, la vibración de los seísmos provocaba el sonido antes de que la gente pudiese percibirlo. Pero me temo que también sean elucubraciones.

Jerash

Jerash

Jerash

Jerash

Jerash

Jerash se encuentra 48 km al norte de Amman. La ida y vuelta la realizamos en taxi compartido que cogimos en  Sweileh. Estos transportes salen una vez están llenos. Cuando llegamos sólo había un coche con una plaza libre y esperamos a ver si llegaba otro, el conductor del que estaba parado debía tener prisa y nos preguntó si nos importaba ir a alguno compartiendo asiento con el copiloto para que entrásemos los seis. Me tocó ser el que no me importaba, me sentaron entre el conductor y el copiloto y, a pesar de que la ley lo prohibe, llegamos hasta Jerash los 6 en el coche con parada para repostar incluida.
El conductor no hablaba inglés y la única frase que pedí que me tradujesen fue un: «Dile que no se choque con nada que paso de llegar el primero«. Para la vuelta tuvimos más suerte, un asiento para cada uno.

Jerash

Palenque (México), ruinas y «Quesadilla antes de Navidad»

Ruinas de Palenque

Fueron 4 horas y media desde San Cristobal de las Casas en bus y una vez en el pueblo de Palenque decidí alojarme en El Panchán, una especie de «lodges» en medio de la selva a unos 5 km del pueblo en dirección a las ruinas. Desde este lugar se puede ir caminando hasta las ruinas, lo malo es que la comida es algo más cara que en el pueblo.

Me alojé en uno de los primeros, vamos, en el más barato, no recuerdo el nombre. Tenia dormitorio con baño compartido, todo cabañas en medio de la jungla. La Lonelyplanet dice que es común ir para un par de días y quedarse una semana… no fue mi caso, más que nada por el precio y porque era 23 de diciembre y el 27 quería estar en Puerto Escondido para pasar año nuevo por allí. Quitando eso fue un sitio en el que me encontré bastante agusto.
Estos alojamientos tienen una zona común para comer y con un pequeño escenario, la primera noche había actuación de «música andina«, como lo denominan en américa latina, o de Flamenco, como lo denominamos en España… el grupo era Trueke.
Les conocí esa noche y es con quien pasé el resto de los días por allí. Una gente «muy buena onda» que se decía por allí.

Y a la mañana siguiente me fui caminando a visitar las ruinas (4€ de entrada).
Construida alrededor del año 100 d.C la ciudad tuvo su esplendor unos 6 siglos después. Tras sucesivas batallas con su rival, Toniná, fue abandonada sobre el año 900 d.C., para ser descubierta de nuevo en 1773.
Cuando yo estuve, a finales de 2008, solo había excavados unos 500 de los más de 1500 edificios que componen estas ruinas, a día de hoy no creo que esta cifra haya cambiado demasiado. La arqueología no es algo que genere beneficios y teniendo Chichen Itza (nueva maravilla) no creo que al gobierno mexicano le compense invertir en Palenque.

Ruinas de Palenque

Palenque me gustó, su enclave en medio de la selva hace que pasear allí dentro sea una mezcla espectacular de colores y sonidos. Pero no pararé de repetir que las ruinas mayas que más me gustaron fueron las de Tikal, tanto por las ruinas en sí como por la mínima cantidad de turistas comparado con cualquiera de las ruinas mexicanas. Aunque un buen madrugón para intentar entrar de los primeros siempre ayuda a que la cantidad de turistas que te encuentres sea menor.

Ruinas de Palenque

Lo que más me gustó de Palenque fue volver al clima subtropical. Entre las tierras altas guatemaltecas y la zona de San Cristobal en Chiapas había olvidado el calorcito. No es que sean zonas demasiado frías pero yo estaba visitándolas en invierno.

Y tras ver las ruinas y algún que otro paseo por la selva alrededor de los alojamientos llegó el 24 de Diciembre y me fui a ver de nuevo a la gente de Trueke. Esa noche tocaban en otro de los «lodges«. Cené con ellos en un remake de Tim Burton que titulamos «Quesadilla antes de Navidad», que fue principalmente por el hecho de que esa fue nuestra cena de Navidad, y luego disfruté de verlos en directo una vez más, y más, y más… y es que les veía las noches que tocaban donde yo me alojaba, me juntaba con ellos en los ensayos y luego iba a verles cuando tocaban en otros sitios. Pero juzgar vosotros si no es para menos:


Que arte tiene Sandra.

Los espectáculos que hacían en las zonas comunes de los distintos alojamientos no tenían desperdicio ninguno. Desde funciones de circo y equilibrismo a actuaciones musicales de grupos, solistas y cantautores.
Fueron unas noches muy amenas y el 26, con la resaca de la navidad todavía en el cuerpo, me embarqué en un divertido viaje de unas 18 horas en autobús hasta Puerto Escondido. Parando para cuadrar buses en San Cristobal y en Tuxtla Gutierrez, de donde sale el bus a Puerto. Eso no era nada, el record lo batiría semanas después en el trayecto de 25 horas México DF – Mérida.

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Ruinas de la ciudad perdida Maya de Tikal (El Petén – Guatemala)

Ruinas de Tikal - Guatemala

Situadas en mitad de la selva de El Petén, las Ruinas de la ciudad perdida Maya de Tikal son uno de los lugares más impresionantes que he visitado. Y como opinión totalmente subjetiva, son las mejores ruinas mayas que vi en Mesoamérica.

Pirámides sobresaliendo en la espesura de la selva, glifos espectaculares, un enclave mágico, unas construciones increíblemente elaboradas… estas ruinas son todo eso y mucho más, es adentrarse en una cultura milenaria e interesantísima, es volver atrás en el tiempo, es pensar en el «como» y el «por que«.
Los primeros habitantes llegaron a esta zona en el año 700 a.C. y durante los siguientes 400 años transformaron ese pedazo de selva en una de las ciudades más pobladas y prosperas de todo el Imperio Maya.
Y no fue hasta 1848, cuando Modesto Méndez y Ambrosio Tut volvieron a descubrir las ruinas de lo que fue Tikal.

Ruinas de Tikal - Guatemala

La Acrópolis Norte y el Templo del Gran Jaguar (44 metros de altura) son, sin duda, las partes mejor restauradas y cuidadas de las más de 400 edificaciones que hay descubiertas.

Tikal fue, durante siglos, uno de los puntos clave para el comercio en el Imperio Maya, hasta el año 900 más o menos, donde empezó el declive de esta civilización.
El «porqué» de ese colapso es una duda que no han parado de plantearse los arqueólogos. Una de las explicaciones que más escuché trataba del gran problema que tuvieron los Mayas con la sobrexplotación de las tierras de cultivo.
Llegaban a un zona, la exprimían al máximo y una vez que la tierra no daba más buscaban otro lugar.
Eso y el problema del agua y su almacenamiento. No hay ríos cercanos a Tikal, a una distancia considerable se encuentra el Lago Petén Itzá, lugar desde el que, probáblemente, llevasen el agua… pero son todo conjeturas.

Ruinas de Tikal - Guatemala

La población Maya de Tikal decidió abandonar la ciudad y continuar hacia el sur, las guerras entre distintos clanes asediaban por todos lados y necesitaban huir de esa tierra ya estéril.

De esa época de prosperidad queda poco en Guatemala. La población Maya ha seguido huyendo de guerras, de exterminios, de colonizaciones genocidas o de etnocidios como el provocado por Ríos Montt durante sus brutal dictadura militar. Han seguido en pie durante años, décadas, siglos… y siguen caminando y luchando. Los que son «el color de la tierra«, citando a Marcos, siguen en Guatemala, en Mesoamérica, en su larga noche de los 500 años, que va camino de 600.

En algún lugar leí que, en una visita a Tikal, un turista preguntó a la guía local que había sido de aquella cultura, que había sido de los Mayas. La guía miró sorprendida y respondió: «Acá seguimos, acá vivimos. Nosotros, los que te rodean, somos los Mayas«.
Casi el 60% de la población guatemalteca son Mayas, eso y los cerca de 20 dialectos mayas que se hablan allí lo convierten el país con mayor porcentaje de población indígena de todo latinoamérica, casi a la par que Bolivia.

Guatemala es Maya, es indígena… solo para que os hagáis una idea, el español es la segunda lengua de un gran porcentaje de la población, su primera lengua es el Maya.

Y eso es lo mejor que tiene, una cultura y unas gentes de las que deberían sentirse orgullosos.

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Ruinas de Tikal - Guatemala

Copán – Honduras

Sombrero

Recorrí el norte de El Salvador con Roberto y me dejó en la frontera con Honduras, mi dirección era Copán, con lo que tuve que «agarrar» un bus, primero en El Poy, y cambiar de autobús en La Entrada. Fueron unas 3 horas para llegar a la tranquila y pequeña ciudad de Copán. Tiene unos 7.000 habitantes y se encuentra a algo menos de 1 km de las Ruinas de la antigua ciudad Maya de Copán, la razón principal de mi visita a ese lugar.
En este punto empezaba mi ruta a través de la cultura Maya, de la que me gustaría hablar más detenidamente en un post específico, ya que fue una de las culturas que más marcó el tramo de viaje a través de esa zona geográfica: Mesoamérica, y con la que empecé a descubrir el resto de culturas precolombinas que poblaron durante siglos el continente americano.

Matando el tiempo

La ciudad es tranquila y acogedora, me alojé en el Hostel Iguana Azul (5$ en dormitorio, pero estuve solo), me lo había recomendado Quirós, un buen compadre de Hortaleza que ya había visitado la zona. Me recomendó este en particular porque era el lugar donde trabajaba Chavelo, y me lo dijo así:

Las ruinas no son las más espectaculares de los mayas pero quizá por su historia si las mas interesantes para comprender la cultura maya.
Alójate en el hostal la iguana azul, imprescindible conversar con el guarda, uno de los más importantes guias  de las ruinas durante muchos años, compañero de antropólogos pioneros en los primeros años de descubrimiento de las ruinas, todo un experto con el que hablar horas….el cuenta lo que ningún otro guia cuenta, los colores de las pirámides, la sociabilidad del pueblo maya, la luna…ese tipo es una enciclopedia.
Se llama Chavelo, búscale, pregunta por el en serio, hay gente de universidades que va a entrevistarle, es una eminencia, y ahora es guarda nocturno de ese hostal por que ya esta mayor, pero él encantado en contarte todo lo que sabe. Es uno de los últimos nativos mayas, cultura y lengua maya materna…. En Centro América Copán es el ultimo enclave de la cultura maya que existe, hay restos arqueológicos más al sur pero aquí aún encuentras a gente como Chavelo.

Con estos datos no podía resistirme, y se me ocurrió entrevistarle para el blog… lo malo fue que Chavelo ya no trabajaba en Iguana Azul y el dueño me dijo que no sabía donde podría encontrarle. Esto fue el mismo día que llegué,  a la mañana siguiente madrugué para visitar la ciudad e intentar encontrar a Chavelo.

Lo primero fue el interesante Museo de Arqueología Maya, se encuentra en el parque central, cerca del mercado. Allí empecé a documentarme sobre los Mayas para intentar realizar una entrevista interesante a Chavelo. Todo esto preguntando por él a cualquiera que pensase que podría conocerle… vamos, a discreción.
Sin mucha suerte, en ese aspecto, acabé en el Mirador del Castillo y me encontré con un hombre que había llevado a los niños del barrio para volar cometas. Me acerqué a hacer fotos y acabamos todos jugando con las cometas y charlando un buen rato. Resulta que este hombre, Wilson, trabajaba en las Ruinas y conocía a Chavelo. Me dijo un par de trucos para ahorrar algo de dinero a la hora de visitar las ruinas (el que quiera saber respondo por mail 😉 ) y la dirección de la casa de Chavelo.

Alegrías y penas volando cometas

Al rato salí del castillo y empecé a caminar en la dirección que me dijo Wilson. Llegué a una humilde chabola de adobe y con suelo de tierra en una barriada del pueblo. Esa era la casa de uno de los mayores conocedores de la cultura Maya. Su señora me recibió y me emplazó a la tarde para conocer a Chavelo y realizarle la entrevista. Incluso se acercaron algunos vecinos al verme, para curiosear sobre la razón que había llevado hasta allí a un «turista«.
Me marché a continuar recorriendo la ciudad y a la hora pactada volví a casa del señor Chavelo.

Chavelo

Tenía una grabadora que me había dejado Roberto en El Salvador y toda la entrevista quedó registrada. La verdad es que fue muy interesante conocer a Chavelo, gracias a los datos de Quirós tuve la posibilidad de vivir una experiencia muy, muy enriquecedora.
La grabadora siguió viajando conmigo y desde Perú voló a Hortaleza de nuevo con Roberto… la semana pasada descubrí que seguía viva y esos archivos estaban a salvo. Ahora estoy a punto de recuperarlos para poder transcribirla y que todos podáis disfrutar de las cerca de 3 horas de charla que tuve con Chavelo.
Hablamos de todo, de los Mayas, de las Ruinas, de antepasados, de viajes, de Europa, de su vida, de la vida… que curiosa la vida.
Estoy deseando volver a escuchar la entrevista.

*//Edito con los datos de Chavelo que he encontrado: Jose Isabel Pérez (Chavelo) – Barrio de Montefresco. Celular: 9651 1252
Hace guias y rutas por las ruinas y alrededores, ademas de trabajar de guardia de seguridad en algunos de los hostales de la ciudad.

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