Treinta kilómetros al sur de Antigua se encuentra el Volcán Pacaya (2552 m), uno de los volcanes activos de Guatemala más espectaculares, sobre todo por la cercanía a la que puedes llegar a estar de la lava.
Tenía ganas de ver este espectáculo de cerca y decidí ir en Tour organizado, al parecer es la forma más segura de visitar este pequeño circo. Debido a la cantidad de turistas ha aumentado, en una escala proporcional, la cantidad de «maleantes«, e intentar hacer el recorrido por tu cuenta puede acabar saliendo caro. Y si a esto le sumamos que ir sin guia supone no saber los recorridos que realiza la masa magmática, los gases o las cenizas… el show puede transformarse en thriller.
Es un pequeño trek de un par de horas llegar hasta la cima, caminas por la falda del volcán y luego comienza el ascenso por una zona que es todo ceniza solidificada, parece arena de playa negra.
El camino está plagado de gente que intenta venderte «palos» ¿?, o linternas (la bajada es en la noche), o llevarte a caballo o en burro (Donkey Taxi, les dicen a los gringos)… o llevarte la mochila, tal vez hasta su casa, no lo pregunté.
La sensación una vez arriba es brutal, ver aquello era como mirar al fuego… podría haber pasado horas mirando la lava. Nos acercamos hasta casi tocarla, el calor es insoportable, notas la fuerza de esa bestia, su poder de destrucción, ves como es capaz de destrozar una piedra de 15 kilos solo con rozarla.
Y ante aquella maravilla de la naturaleza no nos quedó más remedio que abrir la mochila y prepararnos unos marshmallows (que son las nubes que hacen al fuego en las pelis de vaqueros, jiji).
Los clavamos en unos palitos y cuando estaban al punto de «azufre«, hicimos una de «loquenomataengorda» y «padentro«.
Cara de felicidad señalando el punto en el que hicimos los marshmallows.
Fue una excursión divertida, el grupo que me tocó era majete y no lo pasé mal. Soy bastante reacio a estas cosas (ir en rebaño) pero hay lugares y países en los que intentar el «yo me lo guiso, yo me lo como» puede ser bastante absurdo, peligroso, o más caro. Muchas zonas de Guate forman parte de esos lugares, muchas otras no, lo cuento en el siguiente post.
Acaba la crónica con una foto de «alguien» mirando hacia atrás, creo que era Chapín, tal vez le capturé mirando al pasado.
Aunque el futuro de aquel momento ya es pasado también. Ya es pasado que un año y medio después de tomar yo esta foto, el 27 de Mayo de 2010, el Pacaya decidiera escupir fuego dejando un rastro que se llevó la vida de 2 persona, decenas de heridos y millares de damnificados.
Otra cosa es que el pasado se olvide. La persona de la foto no creo que haya podido olvidar el pasado, aunque tenga que seguir pensando en el futuro. –¿En que futuro?– , dirá él. (Un 15% de la población guatemalteca vive en pobreza extrema, con menos de 1€ diario para subsistir).
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