Si hay un lugar por el que siempre paso cuando voy a Barcelona ese es sin duda Las Ramblas, ya sea por coincidencia ya sea por obligación (autoimpuesta) estos 1,3 kilómetros de paseo son mi forma de tomar el pulso a la ciudad y observar sus cambios. Desde la primera vez que fui uno de los principales cambios que he podido ver es la cada vez mayor cantidad de «guiris» y extranjeros que las recorren. Con «guiris» me refiero a turistas ocasionales y a algunos viajeros y con extranjeros al resto de viajeros y a los habitantes que no han nacido en «la ciudad» (se aceptan ambigüedades).
Pero en Las Ramblas hay de todo y siempre están a rebosar, bueno, con sus matices, que una cosa que siempre me ha sorprendido de Barcelona es su capacidad para morir los días de entre semana por la noche… nunca lo entenderé.
Pero durante el día es un hervidero por el que me encanta pasear observando a todos esos protagonistas anónimos con los que en algún momento cruzo la mirada, o simplemente contemplando las rutinas de la gente, sus gestos, sus pintas, sus sonrisas, sus enfados… en 5 minutos sentado en alguno de sus bancos puedes ver esto y mucho más.
Las Ramblas son sobre todo gente, los paseantes y los fijos, los que tienen allí su lugar de trabajo. Entre estos hay muchas variantes, los más conocidos son los hombres estatua, los mimos y los que van disfrazados de algún personaje famoso.
Los hay a cual más original y ocurrente y siempre es divertido de ver aunque poco a poco los vayan limitando y restringiendo.
Otra parte importante de estos fijos son los puestos de flores, los de animales, los vendedores de cerveza, los buscavidas, los pintores, los dibujantes, los artesanos varios… y un sin fin de personajes de todo tipo que circulan sin parar por esta arteria barcelonesa.
Las Ramblas son la calle y lo que la rodea, Las Ramblas son mirar hacia arriba y seguir encontrando estampas curiosas, Las Ramblas son el Mercado de La Boquería, son El Liceo, son salir un poco a callejear por el Gótico, son Canaletas y Plaza Cataluña…
Las Ramblas son todo hasta el monumento a Colón, allí empieza otra Barcelona, la del puerto antiguo.
En Las Ramblas y alrededores tienes también multitud de locales de ocio para tomar un café o una cerveza, locales nocturnos, restaurantes de todo tipo, hoteles, hostales o apartamentos que puedes encontrar en Oh-Barcelona, cines, teatros, museos… y así hasta el infinito en una oferta inabarcable. Por eso será que son paso obligado que yo llego a autoimponerme, porque nunca se acaban y nunca son iguales, porque las personas cambian y eso es lo que hace a Las Ramblas lo que son: el conjunto y los protagonistas anónimos con los que en algún momento cruzas la mirada.
Un clásico entre los clásicos. No es difícil sentirse abrumado o atropellado por tanta gente, aunque sólo tienes que caminar un poco hacia las calles adyacentes para encontrar un poco de paz.
Me encantaría caminar por esas calles para conocer más de Barcelona y su gente de ahí tanto extranjera.
Gracias!
@Pau clasicazo, pero ya tocaba que apareciese en el blog 😉
Hace poco tuvimos la fortuna de haber visitado Barcelona y específicamente esa área de la ciudad, la verdad que si es de lo mas bonito que hemos visto a nuestro paso por Europa.
las ramblas son de lo mas bonito de barcelona
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