Myanmar (Birmania), algunos datos prácticos y muchas opiniones.

A lo lejos...

Este es uno de los pocos países que he visitado que requiere preparar un poco el viaje, al menos en determinados aspectos concretos.

Personalmente me gusta llegar a los lugares lo más “virgen” posible y no miro demasiado, tal vez lea algún libro (para este viaje fue Los días de Birmania, de Orwell, que me prestó Iván Marcos antes de salir), o miro algunas fotos de lo que no me puedo perder, pero soy de trazar la ruta sobre la marcha e improvisar lo máximo posible, si un sitio me gusta me quedo más, y si no tengo tiempo de ver algo y me quedo con las ganas… ya volveré.

En el caso de Myanmar es conveniente saber ciertas cosas antes de planear la ruta; las zonas vetadas para el turista (el noreste que linda con China y algunas zonas fronterizas con Tailandia), las que solo se puede acceder por avión (norte y zonas tribales del este) o las que se escapan a los presupuestos ajustados (Nay Pyi Taw, la actual capital administrativa)…

Otro dato importante es la imposibilidad de utilizar cajeros automáticos (** Editado, ver abajo), pago con tarjeta o cheques de viaje en todo el país. Por tanto hay que entrar con todo el dinero que creas que te puedes gastar, en dolares o euros a ser posible, en efectivo… y lo que es más importante, que los billetes estén en perfecto estado. Si tienen dobleces, están escritos o con alguna imperfección se niegan a aceptártelos para pagos o cambio en bancos, solo puedes cambiarlos en el mercado negro y con un tipo de cambio bastante más bajo que el oficial. A mi este detalle se me olvidó y las he pasado canutas para colar los billetes con “imperfecciones”. Tampoco aceptan determinadas series de billetes de dólar, como los de 1996, las razones de esta manía no las saben explicar ni ellos, es cosa del gobierno. Lo mejor es decir en el banco donde saques antes de entrar que necesitas billetes nuevos, no te van a poner problemas y te ahorrarás muchas discusiones una vez dentro del país.

Respecto a alojamientos, en relación a lo que encontré en 2008 ha cambiado bastante. Los precios por habitación sencilla no bajan de 8 $ aunque la media suele ser de 10 $ (el alojamiento y las entradas se pagan en dolares, el resto en Kyats, por eso NO hay que cambiar todo el dinero que lleves). Yo recuerdo que en mi anterior viaje conseguí dormir por 5$ en bastantes lugares, ahora es misión imposible, estos son, por supuesto, precios para el turista y te encuentras con hostales, hoteles o guest houses con muy diversas calidades cobrando el mismo dinero por habitación. Lo más barato fue en Hpa-An, el acogedor Soe´s Brothers Guest House 6 $ sin desayuno y lo más caro en relación a la calidad, el horripilante y asqueroso Emperor Hotel en Bago, 10$ por habitación sin desayuno. Aunque en Bago hay poco donde elegir y casi ninguno se puede quitar la etiqueta de asqueroso. La limpieza ni siquiera brilla por su ausencia, porque allí nada brilla.
Lo que más me llama la atención es que en la mayoría de alojamientos encuentras a birmanos alojados y está claro que un local no puede permitirse los 8-10 $ que cobran a los turistas, en el país ese dinero es una fortuna, con lo que, si pago más por el mismo servicio, me están engañando.

He terminado de corroborar esto con los transportes, que desde 2008 también se han encarecido (para el turista) en casi un 200% sobre el precio real. Ahora no hay prácticamente forma de regatear, tienen los precios pactados entre todas las compañías, e incluso con los hoteles, y necesitas tener suerte para sacar un billete por menos del “estándar para el guiri”. Lo triste es que en este caso también estamos recibiendo el mismo servicio por el doble de dinero, lo que para mi es nuevamente un timo.
En Amarapura conocí a un joven birmano con el que luego coincidí en el viaje de Mandalay a Inle Lake. Yo había pagado 12.000 kyats por el trayecto y él, que iba más lejos, había pagado 6.500 kyats, cuando le pregunté la razón me dijo: “es porque tu eres turista”, con gesto de desaprobación.
Y así me dediqué a preguntar en todos los lugares y todo el tiempo era igual, si no tienes los ojos rasgados pagas el doble, y no solo eso, tu en vez de bajarte en el centro de los pueblos o ciudades te llevan a la estación (que suele estar fuera) para que tengas que pagar un taxi o trishow, del que supongo se llevan comisión.
A la llegada a Bago, como ya había estado en la ciudad más veces, me levanté cuando llegaba a la zona de hostales y me dijeron: “no, aquí no hay parada”, en un país en el que cada cual dice que donde se quiere bajar… y entonces solté un: “a ver si es que tengo cara de tonto, aquí paras a cada uno donde le da la gana y ¿a mi no?, porque creo que he pagado lo mismo que el resto por mi billete, es más, ¡he pagado el doble!”, en ese momento agacharon la cabeza y detuvieron el autobús en el lugar que les había dicho.

Lo de las comisiones de los “taxistas” es curioso, en Mandalay pedimos al taxi que nos llevase al hotel Nylon, cuando llegamos estaba lleno y buscando acabamos en el Garden, que está al lado, mientras Jordi subía las cosas yo me quedé esperando abajo y de pronto entró el taxista, fue al mostrador y el chico del hotel le dio dinero, cuando estaba saliendo me vio y agacho la cabeza. Entonces me levanté y pregunté al chico de recepción si le estaba pagando comisión, y le conté que él no nos había llevado a ese hotel, que nos llevó al Nylon pero al estar lleno llegamos por nuestro propio pie al otro… el chico resignado me dijo que si no les pagan esa comisión dejan de llevarles clientes, aunque en realidad no les había llevado ningún cliente.
Me dijo que en temporada baja dependen totalmente de los “taxistas”, yo fui más allá y le pregunté si nos lo había cargado a nosotros y me dijo que como no entramos con él nos había dado el precio real, que lo pierden de su margen, pero que si hubiésemos entrado con el taxista nos hubiese subido el 10 o 20 % de la comisión del tipo. Yo ya lo sabía y nunca les dejo entrar antes que yo, muchas veces te siguen y corren para entrar antes diciendo que te van a ayudar con el inglés, no hagáis ni caso.
Otro ejemplo curioso, en Bagan llegamos a las 4 am y un pesado nos siguió durante 10 minutos mientras buscábamos el hotel, cuando le mande a la mierda por cuarta vez decidió irse, al rato encontré el hotel que buscábamos y vi a los chicos de recepción durmiendo dentro, mientras yo buscaba el timbre para llamar sonó el teléfono del hotel, lo cogieron y salieron a abrirme, mi pregunta fue: “¿han llamado para decir que estoy en la puerta?”…. su respuesta mirando al suelo fue: “Si, pero no te preocupes, el hotel está lleno”. Por suerte pude ir a otro al que nadie llamó para avisar y llevarse una comisión a mi costa.
En Bagan me contaron en una tienda que ya les piden un 20% de lo que compren los turistas que llevan, la chica de la tienda se ha negado (antes era el 10%), y ahora le boicotean.

Yo supongo que en su caso tal vez intentase lo mismo, somos ricos comparados con ellos, pero empiezo a notar que la sonrisa perpetua va dejando de serlo y que la gente de la calle comienza a pensar que si los hostales, transportes y restaurantes cobran el doble al turista… ¿porque no van a poder hacerlo ellos?. Me da pena ver como ha cambiado un país que me enamoró, como dejan de vernos como personas para vernos como si fuésemos dólares.
Pero no solo les culpo a ellos, cualquiera que llega soltando el dinero como si no costase ganarlo contribuye a que esta gente piense eso; que no nos cuesta ganarlo… y yo me he pasado 2 años ahorrando y malviviendo para poder malvivir en este viaje, como supongo que el resto se pasan el año ahorrando para poder disfrutar las vacaciones, pero una cosa es disfrutar y otra cargarse un país. Hay un concepto que se llama “turismo responsable” y creo que se le da menos importancia que la de verdad tiene. Ya conté mi experiencia en Atitlan (Guatemala) con Nacho, es muy bonito ir soltando propinas y seguro que tiene que ser gratificante pensar que haces felices a las personas y solucionas sus vidas… pero es que eso no lo hace nunca el dinero, si quieres solucionar sus vidas te vienes aquí y curras con ellos canalizando agua, llevando tendido eléctrico o asfaltando carreteras, pero ya está bien de ir salvando el mundo a base de caridad porque lo único que se consigue es destruirlo.

Estas son mis conclusiones, las conclusiones de un país que se grabó muy hondo dentro de mi y por lo que creo que esto me ha molestado más, además de que esta vez al ser la segunda y no venir tan “de viaje” me ha hecho analizar todo demasiado.
Jordi me ha dicho unas cuantas veces que “segundas partes nunca fueron buenas”, tal vez tenga razón, pero es algo que me apena mucho, me apena pensar que el dinero pueda cambiar a la gente, y más que pueda cambiar una gente tan buena y tan honrada.
El sector turístico se está pervirtiendo a pasos agigantados, mientras, el que nada tiene sigue dándolo todo, aunque sea con una simple sonrisa o una mirada cómplice, y eso es lo que me sigo guardando y lo que me llevo, algo que en mi balanza siempre va a pesar más que el resto, igual que espero que en tu balanza el final de este post pese más que todo lo malo que he contado.
Myanmar es un país precioso con una gran mayoría de gente encantadora, si lo visitas está en tu mano que siga siendo así, demuéstrale a cada persona con la que hables, con la que trates, que eres mucho más que un dólar, porque estoy seguro de que es así.

(*) Todas estas conclusiones las he sacado hablando con los locales, que es lo que más me gusta hacer cuando viajo, pero si pasas de refilón, solo viendo paisajes y caras, tal vez no te des cuenta de ello. Las fotos que ilustran el post son de la Golden Rock, una pagoda a la que me negué a entrar, tras 40 minutos de subida andando, por no pagar los 6$ que cobra el gobierno a los turistas, y es que mi dinero vengo a dejárselo al pueblo, no a la junta militar.
(**) Editado: 3 de Febrero de 2013. He leido en diferentes medios que Mastercard y Visa empiezan a operar en el país y he visto fotos de cajeros en Yangón. Este handicap a la hora de visitar el país parece que tiene sus días contados. Aunque, hasta que se establezca, sigo recomendando entrar con el dinero en efectivo tal y como cuento en el post.

A lo lejos...

>> Todas las fotos de Myanmar en Flickr <<

El transporte público en Colombia, regateando el autobús – Dato práctico

Cenitales

Un dato curioso para moverse por Colombia es este, el autobús (y cualquier otro medio de transporte) se puede negociar. Así nos movimos nosotros por allí, me lo habían explicado unos artesanos, Jessica y Cacho, en Nicaragua unos meses antes, y fue un consejo que nos ahorró bastante.

El primer paso es ir a la estación/parada de autobuses y preguntar el precio del trayecto, algunas veces hay varias compañías que hacen el mismo trayecto con lo que puedes negociar entre ellas a ver cual te deja mejor precio. Una vez sabes el precio más bajo que puedes conseguir en ventanilla haces que sigues pensándotelo y vas a los andenes a buscar el autobús que hace la ruta, ahí hablas con el conductor y negocias sobre el precio mínimo que conseguiste en ventanilla. Te lo va a bajar, y si están el resto de conductores de las otras compañías puedes conseguir un precio menor, y si aún no te has dado por satisfecho sales de la estación y paras los autobuses cuando han salido. Todos llevan el cartel del destino. Es más cansado porque hay que estar pendiente si sale el que te interesa, y más arriesgado por si no te paran, pero en general paran y aún puedes bajar un poco más el precio… y así por todo el camino, cuanto más lejos del punto de partida más barato, normal.

El problema es que como turista es difícil saber el camino que sigue cada bus, pero los locales lo agarran donde mejor les venga y consiguen mejores precios que comprando en ventanilla.

Algún que otro trayecto conseguimos mejor precio que nuestros compañeros de asiento colombianos, parece un anuncio de Trivago.

Todo es cuestión de tozudez y de cuanto tiempo te apetezca tirarte regateando, hay un punto en el que está claro que no les queda margen y no hay más que hacer, y estoy seguro que al fin y al cabo tenían claro que éramos turistas, con lo que seguro que siempre tuvieron su margen.

En un viaje de 18 meses ahorrar un par de euros cada día son más de mil euros. Y dinero… tenía menos que tiempo. Además, las esperas en las estaciones fueron menos aburridas.

Ticabus, transporte internacional cetroamericano

Ya me había informado sobre sus rutas y precios. Ticabus es la forma más segura y cómoda de moverse en América Central, yo no lo usé en el recorrido de Costa Rica a México porque me gusta cruzar las fronteras por mi cuenta, ver esos sórdidos y curiosos trozos de tierra de nadie, mezclarme entre la gente y vivirlo con sus consecuencias, en aventuras y timos. Es común el uso de calculadoras trucadas, de tipos de cambio inventados, que te convenzan para montar en un transporte que va a otra parte, o incluso los billetes falsos. Lo mejor es tener bien claro el tipo de cambio y llevar algo encima de la moneda del país al que entras (cambiar antes de salir del anterior), o esperar a un lugar de confianza para hacerlo en el nuevo país (casas de cambio).
Llevar dolares en lugar de euros ayuda a facilitar los cambios, incluso muchas veces te permiten pagar con ellos.

Pero a la bajada desde México llevaba más prisa y desde Antigua (Guatemala) decidí ir del «tirón» a San Salvador. La forma más fácil fue Ticabus, eso si, sale desde Ciudad Guatemala. El trayecto de donde deja el bus de Antigua hasta la parada del Ticabus lo hice andando, de día durante la mañana, es un paseo «interesante«, pero poco recomendable ir andando por Ciudad Guatemala con mochila a la espalda y pocas pintas de chapín.

La información de los precios y rutas está en la web: Ticabus

En San Salvador pasé una semana y pico, ayudando a «Calamandraca» en su campaña por el cambio, llegaban las elecciones y el país necesitaba salir de los 25 años de «semidemocracia» liderada por Arena. Al final parece que el trabajo tuvo sus frutos y el 15 de Marzo de 2009 el FMLN logró ganar las elecciones y arrebatar el poder a la derecha más rancia.

Y de allí a Costa Rica, también con Ticabus, el trayecto de San Salvador a San José, 19 horas de viaje, para volver a ver a Jonnathan, Laura y Miguel, mereció la pena.

Los viajes con estos autobuses incluyen comidas, servicio de abordo, baño, y todo aquello que no tienen el resto de transportes en los que yo monté en la región. Es más caro pero para hacer largas distancias es una de las mejores opciones.

La parte en San Salvador la conté hace ya y ahora seguiré desde Costa Rica, pero antes creo que se van a colar unos cuantos post con la razón por la que llevo una semana sin escribir, un viaje de 5 días a Copenhague. Estad atentos 😉 .

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