Sin lugar a dudas es mi niña mimada en Tailandia. Estaba deseando volver a Chiang Mai, y pensar que llegaba a pasar una de las festividades más importantes del país me ilusionaba bastante, además de los reencuentros que me esperaban allí… eso si, venía de uno muy bueno.
Salí de Filipinas para juntarme en Koh Chang durante casi una semana con los señores Jorge, Alejandro y Roberto, amigos de Hortaleza que uníamos en este punto nuestros caminos asiáticos.
De esa semana en Koh Chang no os puedo contar nada, ha sido declarado material clasificado y desclasificador que lo desclasifique buen desclasificador será.
Pero como el antes y el después se puede saber, os dejo el dato de que el billete desde Bangkok a Koh Chang fueron 300 B (bus y ferry) más otros 100 del taxi a Lonely Beach, la vuelta fueron 280 B más 100 del taxi.
Y en BKK pillamos del tirón el tren nocturno que va hasta Chiang Mai, ya solos Roberto y yo. Como estábamos cerca de Songkram los precios de todo sube y nos costó 791 B por persona en coche cama. Segunda clase en literas:
Es la mejor en relación calidad/precio. Este tren es otra de las razones de que me guste tanto Chiang Mai, las cerca de 16/18 horas de viaje pasan como el paisaje a través de la ventanilla, sin que te des cuenta. La comida es buena y asequible al bolsillo, el servicio es siempre muy atento, suele estar todo muy limpio y ordenado y hacen las camas con sábanas limpias (esto es para que mi madre vea que a veces también viajo como las personas :p).
Llegamos a la ciudad y nos fuimos a buscar algo en el “cuadrao” (la zona amurallada, dentro del foso). Es la zona más tranquila y acogedora. Nos alojamos en Kristi Pension, 300B (8€) la habitación doble con agua caliente, BAÑERA (7 meses sin ver una), televisión y Wi-Fi… ¡por todo lo alto!. Ahora si, estábamos listos para el Songkram, ah, bueno, aún nos hacían falta las pistolas de agua y… ¡a mojarse!
Songkran es una palabra en sánscrito que significa cambio, renovación, movimiento. El cambio principal que se vive en este momento es la transición de la estación seca a la húmeda (monzón) con temperaturas que llegan a los 40 grados. De ahí que el uso del agua esté más que justificado.
El país entero se transforma en una “fuente”, a pesar de que en un principio el agua se lanzaba únicamente al torso de las personas y las imágenes (o a sus manos), la tradición ha evolucionado y ha dado paso a una batalla acuática en toda regla.
El gesto de echar agua se basa en el concepto de la purificación, de la limpieza de malas energías.
Un concepto que se han apropiado casi todas las religiones de una u otra manera, realizando ritos de purificación, abluciones, limpias o bautismos con el agua como principal protagonista.
También el momento en el que paseaban sus imágenes (Budas) como en una procesión para que la gente los mojase me recordó a la Semana Santa y sus procesiones, una fiesta que también se celebra cercana al solsticio de primavera, cuando van a empezar a llegar las lluvias, justo lo que necesitan las cosechas.
Esta fiesta en Tailandia va del 13 al 15 de Abril pero en Chiang Mai empezó el 12 y aunque en el resto del país de los 3 días solo es uno el de “batalla” y los demás son para estar con la familia y en el templo, en esta ciudad fueron 4 días de agua como si no hubiese mañana.
Chiang Mai es la ciudad por excelencia para vivir el Songkran, una de las más bonitas del país, con más religiosidad, cultura y fiesta. Tiene todos los ingredientes necesarios para que no le falte de nada.
Como he comentado al principio del post, esta es una de mis ciudades favoritas de Tailandia, supongo que su gastronomía es uno de los factores que más influyen, es espectacular comer en cualquier lugar de Chiang Mai. Durante el Songkran, además, pusieron una especie de feria gastronómica en Th Ratchadamnoen (dentro de la muralla) y no pude resistir intentar probarlo todo.
Es una de las ciudades perfectas para un curso de cocina tai, pero no solo eso, para hacer uno de masaje tailandés, o simplemente disfrutar de ellos, yo me hice un masaje de pies y al salir pensaba que estaba andando sobre algodones.
Chiang Mai también tiene el mercado nocturno donde pasear y ver una gran variedad de artesanías, una infinidad de templos espectaculares donde disfrutar de la espiritualidad y la religiosidad de la ciudad y un montón de locales nocturnos donde disfrutar de todo lo contrario… y en Songkran mucho más, la ciudad no dormía, del Reggae Bar a “mojarse en el foso” en tiempo record.
Nosotros, durante el día, pasamos una gran parte del tiempo en la Pratu Tha Phae (una de las puertas de la muralla más al este), el ambiente era bastante “farang” pero divertido. También hicimos nuestras incursiones a la parte más thai, en la esquina noroeste de la muralla, allí había conciertos de grupos thais, puestos de comida, y miles de personas empapándose unas a otras con el agua del foso… algo que higiénico, lo que se dice higiénico… no debía ser demasiado.
Y esto es Songkran; cubos de agua (¡con hielo!) que te tiran por encima al primer descuido (por farang), música por todos lados, sonrisas, diversión, cachondeo y purificación. Que no todo va a ser trabajar.
Con este vídeo al más puro estilo Doom intento mostrar una parte de la batalla.
Os dejo también una serie de fotos que hice intentando captar el momento en que acertaba el tiro con mi pistola de agua en algún blanco despistado: