Antigua, una otra Guatemala

Arco de Antigua

Fundada en 1543, Antigua fue la capital de Guatemala hasta 1776, tres años después de que un brutal terremoto la sacudiese un 29 de Julio.
Un lento pero increíble proceso de reconstrucción consiguió devolverle esplendor y en 1979 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ahora es una bonita y tranquila ciudad colonial. Empedrada, colorida, limpia, tradicional, cultural, turística, repleta de «gringos», maquillada, comercial, ecléctica. Antigua es difícil de explicar, y englobar, dentro de Guatemala. Antigua son contrastes, e incluso, a veces, contradicciones.

Academias de «Español para extranjeros«, bares que abren hasta tarde, «hostales de mochileros«, restaurantes de comida occidental, tours, y librerías con más cantidad de libros en inglés que en castellano. ¿Seguimos en Guatemala?.

A pesar de eso me quedé un tiempo allí varado y Antigua me acabó conquistando. Una gran parte de la culpa la tuvo Manuel Murillo y su Casa del Mango. Un proyecto/hogar/centro cultural/sala de exposiciones que gestiona junto a Liliana y que busca llevar el arte a la calle, a la gente, al pueblo guatemalteco. Democratizar la cultura e intentar que la gente se interese y se genere en ellos una necesidad, la de seguir aprendiendo.

Me impresionó el proyecto y lo mucho que se podía aprender de Manuel, al que definiría como «fotógrafo, educador y todo lo demás imaginable«.Un sevillano con unos cuantos años viviendo en Guatemala y una forma muy particular de hablar «chapín» con acento andaluz.

Fueron unos días agradables, con tardes enteras charlando en La Casa del Mango, exposiciones, proyecciones, alguna tarde de rocódromo con Carol y noches regadas en chelas y aderezadas con «bocas» intentando entender el mundo… ni tan siquiera intentando arreglarlo.

Caminando

Las mañanas las dedicaba a leer al sol en el parque central, recorrer callejuelas de la ciudad o pasear por el mercado que hay junto a la estación de autobuses. Compraba la comida para preparar en el hostal, deambulaba buscando fotos, hablando con las «mamitas«.
En general los mercados son de los lugares que más me gusta visitar y el de Antigua me pareció muy fotogénico e interesante.

Colores Mayas Reflejo
Mercado de Antigua Mercado de Antigua

Así pasaron los días con alguna excursión por los alrededores que contaré en siguientes posts, e intentando entablar conversación con los dueños/encargados de la Posada Ruiz 2, el lugar donde me alojé. Habitaciones pequeñas, unos baños compartidos relativamente limpios y un gran patio en el que desayunar con el primer sol de la mañana. Fueron 2.5 € la noche, no era gran cosa pero por lo menos lo regentaba una familia local. No me apetecía estar en un hostal para mochileros propiedad de algún gringo, hablando todo el día en inglés y viendo rubios poniéndose crema para el sol en la cara.

Iglesia de la Merced

A Antigua volví poco después desde México, parada técnica para descansar en mi camino a El Salvador y, como no, para volver a ver La Casa del Mango… y a Manu, a Carol, a Liliana, a Emanuel… y para volver a ver esos preciosos amaneceres, otra de las muchas razones por las que Antigua me acabó conquistando.

>> Todas las fotos de Guatemala <<

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Madrid Winter Soul.

Madrid Winter Soul es una recopilación de sentimientos, imágenes de la parte más melancólica de Madrid, el espíritu de invierno de un ciudad que no descansa.
Es mi visión de esta estación, de este estado de ánimo en la urbe en la que nací.

Llevaba tiempo queriendo hacerle algún tipo de homenaje y este vídeo me ha ayudado a cambiar el prisma con el que miraba a esta ciudad, una ciudad de rutinas, de monotonías producidas por el día a día de la convivencia.

A veces, como todo, se hace aburrida, tediosa, pero son los ojos del que no la ve, el que pasa sin mirar. Los caminos establecidos de la costumbre, los que nos llevan al trabajo, al supermercado, al bar, los recorremos con anteojeras, como las que solo permiten a los caballos mirar hacia delante.
Algunos días, los menos, dejamos las anteojeras en casa y caminamos viendo por donde pasamos, nos damos cuenta de los cambios, de las personas que nos rodean, de que esta ciudad «donde se cruzan los caminos«, es mucho más bonita de lo que la recordábamos. Nos transformamos en «turistas» en nuestro hogar, en viajeros de los cercano, dispuestos a descubrir lo que el día a día no nos deja ver.

Así me he sentido yo los 2 inviernos que he tardado en hacer Madrid Winter Soul.
El empujón final fue gracias a:

– Un viaje/blogtrip para grabar un vídeo sobre Madrid para Minube con la colaboración de esMadrid.
– Y un blogtrip para los finalistas del concurso de Pepetravel y Turismo de Madrid «Recorriendo Madrid con Pepe» (Blogueros por Madrid).

De ambos «viajes» escribiré el respectivo post, y tengo que publicar el relato de la ruta que presenté al concurso, en el que solo quedé «finalista«, una vez más.

Espero que os guste Madrid Winter Soul, mi particular ofrenda a los detalles, a lo cotidiano, al melancólico alma  del invierno, a Madridmi Madrid.

Gracias a Minube, esMadrid, Pepetravel y Turismo de Madrid.

Reflexión sobre las barreras idiomáticas en América Latina (no es castellano todo lo que reluce)

Mayas

Desde que entré en Guatemala una de las cosas que más me sorprendió fue la casi nula interactuación que estaba consiguiendo con la población indígena, con la población Maya.
No tenia claro si era culpa de su timidez, un cierto complejo de inferioridad con el que a veces parece que miran, o si era culpa mía y algo estaba haciendo mal… es algo que estuvo bastante tiempo rondando mi cabeza y fue en Lanquín, en un restaurante, donde creí ver una parte de ese problema.

Yo estaba sentado, tomando un café y leyendo, cuando un turista se acercó a la barra dijo –Hello-, y continuó pidiendo el resto de la orden en inglés.
Fue algo que me molestó, en todos los países que he visitado lo primero que he intentado es aprender a decir «hola, gracias y adiós» en el idioma local, y luego continuar aprendiendo todo lo que fuese posible de esa lengua. Es lioso, sobre todo en un viaje en el que visitas muchos países distintos, pero bueno, lo básico es sencillo.
No entiendo porqué no se molesta la gente en intentar ese mínimo, y es enormemente gratificante ver las caras y sonrisas de la gente cuando ven que lo intentas.

Mientras pensaba en estas cosas el camarero se giró y habló con su compañero, esa conversación me sacó de mis pensamientos, porque no entendí nada. No era castellano la lengua que hablaban, ellos se comunicaban en Maya.
Entonces lo vi, me di cuenta que cada vez que yo llegaba diciendo «hola«, para ellos era casi lo mismo que el gringo que les decía «hello«, porque el español no es su lengua materna, su primer idioma es el maya.
Al rato el camarero salio de la barra y cuando se acercó a mi le paré y le pregunté cual era el dialecto que se hablaba en esa región, me dijo que en El Petén se hablaba el Q’eqchi.
Entonces le dije si podía decirme como era «hola, gracias y adios» en Q’eqchi. Fue como si su mirada se iluminase, -«Na’chin, Tyoxh y Na’j wetz«-, me dijo sonriendo, y me preguntó si estaba estudiando maya. Le dije que no, que simplemente me apetecía aprender el idioma del lugar que estaba visitando y se puso ha hablar a gritos con su compañero, supongo que contándole lo que le estaba diciendo.
El resto del tiempo que estuve en el restaurante no pararon de venir a mi mesa a decirme más frases y palabras, me enseñaron como pedir una cerveza, como decir a una chica que era guapa… bueno, técnicas de supervivencia.

Ahí vi que había conseguido romper una barrera. En el siguiente lugar al que entré saludando en Q’eqchi la dependienta levantó la cabeza y empezó a hablar muy rápido, como nerviosa, la paré y le dije que solo sabia decir eso, entonces empezó a reírse. Había pensado que yo hablaba su idioma y me decía que le hizo ilusión, pero se alegró aunque solo supiese unas pocas palabras. Cuando pagué lo que había comprado me enseñó a decir algunos números y me dijo que siguiera aprendiendo.

Mi relación con la población Maya de Guatemala había cambiado, me animé pensando que esto me permitiría conocer un poco más a fondo el país, su cultura, sus gentes… pero esta ilusión me duró poco. El tiempo que tardé en llegar a Antigua Guatemala y descubrir que allí se hablaba quiché en vez de Q’eqchi, y que saludarles en Q’eqchi era para ellos una falta de respeto. Eso allí, luego en el lago Atitlán hablan el idioma cakchiquel, en Xela de nuevo quiché y en Nebaj el Ixil… y así sucesivamente con los más de 20 dialectos de maya que se hablan en Guatemala.

Mi alegría se tornó en decepción y me tocó renovar el vocabulario cada desplazamiento que hacía por el país. Cada pequeño viaje era volver a empezar, pero era también seguir aprendiendo. Fue una experiencia interesante que seguí intentando con el tzotzil y el tzeltal en Chiapas (México) y con las distintas lenguas incaicas o preincaicas en Perú y Ecuador (quechua y el kitchua), el aymara en Bolivia… y lo que surgiese por el camino.

El viaje cambió y aquella región, aquél continente, pasó a ser algo más sorprendente e interesante de lo que creí que lo encontraría. Mi prejuzgadora mente y la imagen que tenia de aquéllo dieron un vuelco y me di cuenta de que sus raíces no son las nuestras, sus raíces son mucho más profundas.

Y yo que llegaba a América Latina pensando, –que bien, al fin hablo el mismo idioma que la gente local-.

Iluso de mi.

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¡Pak en la tele!

El pasado Lunes 24 de Enero salí en la tele 😀 . Me invitaron a un programa en 13 TV… si, si, vale.

El programa fue «Cuentanos tu historia» y tuve la suerte de compartir «plató» con:

– Antonio Venciana, entre otras cosas dio la vuelta al mundo en 79 días… en Vespa!… y en 1972!!. Todos mis respetos.
– Pedro Jareño, entre otras cosas dio la vuelta al mundo en 60 días, viajero incansable y responsable de Comunicación y Marketing en Minube.
– Diego Pons, entre otras cosas es vídeoblogger de viajes, ha recorrido medio mundo, tiene miles de historiazas increíbles y encima es un crack de las guitarras.
Y Álvaro de Marichalar, entre otras cosas estuvo también.

Os dejo un fragmento con mi parte, aunque os digo que las de mis compañeros estuvieron muy, muy interesantes.

A mi me pareció divertido, el rollo del maquillaje, los micros, las cámaras y hablar, que me gusta un montón… eso sí, nos cortaron a dolor, no es ni un cuarto de lo que conté en realidad.
Bueno, a la siguiente mejor 😀 .

Cobán, Lanquín y lo que tenía que haber sido Semuc Champey

Cueva

Llegué a Cobán desde Flores, no me enteraba de como funcionaba el transporte en Guatemala y me fui moviendo en minivan, luego empecé a encontrar de nuevo los Chiken Bus, pero al principio todos intentan llevarte por lo que se denomina el «Gringo trail«, una ruta turística que recorre el país casi sin tocarlo.

Cobán no tiene mucho… bueno, no tiene casi nada. No tengo muy clara la razón por la que paré allí, y con las mismas, a la mañana siguiente salí para Lanquín, un pequeño pueblo a 60 km de Cobán, con unas impresionantes cuevas que se pueden visitar, las que aparecen en estas fotos, y a 9 km de Semuc Champey un lugar que creo que son charcas que se forman entre terrazas de lo que fue el cauce de un río. Dicen que es precioso.
Digo «creo» porque no fui. En Lanquín me alojé en un Lodge de esos, no recuerdo el nombre, cabañitas en medio del campo, un río… muy chuli todo pero me pasó una cosa curiosa. Fue como si llegas a Mallorca y te encuentras con que estás en un hotel en el que todos son alemanes… pues más o menos. Pero no eran alemanes. Tampoco chapines
No voy a polemizar ni generalizar que el señor Nacho Vigalondo ya tuvo bastante por bromear la semana pasada con el tema.

Como vi la poca aceptación de mi condición de «distinto» y mi incapacidad para entenderles y explicarme en castellano o inglés (estaba en Guatemala, ¿no?) me fui dando un paseo a las Grutas, unas cuevas espectaculares… y llegué en el mejor momento, a última hora del día.
Cuando cierran las cuevas y todo el mundo está fuera, apagan las luces que las iluminan por dentro, y en ese momento los millones de murciélagos que habitan en su interior piensan que ha anochecido y salen de golpe.

Murcielagos

Es una sensación increíble verte totalmente rodeado por estos roedores alados, parece que se te van a tirar al cuello en cualquier momento.
Fueron cerca de 10 minutos sin parar de salir bichos de la cueva.

Murcielagos

Murcielagos

Murcielagos

Esto fue lo más interesante que me pasó esos días… y las conversaciones con los empleados del Lodge, que contaré en el siguiente post.

Vamos, esos 2 días, porque al día siguiente había decidido ir para Semuc Champey, estuve preguntando y, no se si aún no le tenia cogido el punto al país o que no había otra manera, pero la forma más barata que encontré de ir era con un tour del mismo Lodge donde me alojaba.
Y al día siguiente cuando vi el percal y que el grupo entero eran del mismo lugar, que la relación sería nula y que no me apetecía una mierda… hice la mochila, check-out del alojamiento y me agarré un bus de nuevo a Cobán para continuar hacia Antigua Guatemala. A ver si cambiaba la suerte.

Esto te pasa en un viaje de 18 meses como el mío y bueno, son 3 días aburridos y un poco defraudantes, pero te pasa en 15 días de vacaciones y yo… me cago en to 😛 .

>> Todas las fotos de Guatemala <<

* Nunca me han gustado las colonias de extranjeros que no se molestan en conocer el lugar que visitan, solo en relacionarse con sus semejantes patrios… No me gustan esos guetos, ya sean de alemanes en Mallorca o de israelitas en Guatemala.

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